martes, 10 de diciembre de 2024
“PEDRO PARAMO”
Hay novelas que definen el alma de un pueblo y ese es el principal desafío de su adaptación cinematográfica: que la cinta recoja y recree adecuadamente el espíritu profundo de la obra literaria.
Es el caso de “Pedro Páramo” (2024), cinta realizada, producida y con dirección de fotografía del cineasta mexicano Rodrigo Prieto; basada en la novela del mismo nombre del gran escritor de esa misma nacionalidad Juan Rulfo; considerada una de las grandes obras del siglo XX y que retrata a la perfección la idiosincrasia de ese país norteamericano.
Prieto, de 48 años, dirige su primer largometraje; pero era ampliamente conocido como director de fotografía de importantes películas de autor. Ha trabajado con Martin Scorsese (El Lobo de Wall Street, Silencio, El Irlandés, Los Asesinos de la Luna), con Alejandro González Iñárritu (Amores Perros, 21 Gramos, Babel, Biutiful), con Pedro Almodovar (Los Abrazos Rotos), con Oliver Stone (Comandante, Alejandro Magno, Wall Street), con Ang Lee (La Ultima Noche, Secreto en la Montaña; Deseo, Peligro), entre otros; lo que justifica el excelente trabajo plástico que logra en su ópera prima.
Pero la verdad, ese no es el único acierto del filme. Logra transmitir acertadamente el modo de vivir y de morir que tienen los mexicanos; y su relación y proximidad que tienen con la muerte, como parte cotidiana de su existencia; incluso del paisaje y la arquitectura que los rodea.
Pedro Páramo (Manuel García-Rulfo) es un rico hacendado, que no tiene ningún escrúpulo para casarse y acostarse con las mujeres que desee; para eliminar a quien se cruce frente a sus intereses; apoyado por su lugarteniente, Fulgor Sedano (Héctor Kotsifakis) y su ama de llaves, Damiana (Mayra Batalla). Otros personajes importantes son Juan Preciado (Tenoch Huerta), un hijo que llega a buscarlo, ya adulto, a Comala, un pueblo que está lleno de fantasmas y ecos; y por el cual desfilan personajes claves en la historia de Páramo; como su hijo Miguel (Santiago Colores); su primer y gran amor, Susana San Juan (Ilse Salas); la dueña del bar, Eduviges Dyada (Dolores Heredia) y el Padre Rentería (Roberto Sosa), con el cual tiene una relación contradictoria, como ocurre en general con el pueblo mexicano, tan pagano y fatalista.
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