“NADIE”

El cine de acción tiene particularidades propias, la principal es la planificación que se realiza de las escenas vertiginosas y de lucha; ya que los movimientos de cámara y los planos deben calzar a la perfección; de modo que resulten creíbles dichas situaciones y que además tengan un ritmo atrapante para el espectador que gusta de este tipo de cintas. “Nadie” (2021), película dirigida por el cineasta ruso Ylya Naishuller, es un buen ejemplo; ya que el protagonista, Hutch Mansell (Bob Odenkirk), es un ex agente especial, bastante mayor; que decide volver a la acción luego de que su casa es asaltada por dos hermanos bastante aficionados, pero que hacen pasar un gran susto a su familia, conformada por su esposa, Becca (Connie Nielsen) y dos hijos, que debe refugiarse en el sótano. Pero la gota que rebalsa el vaso es cuando, arriba de un bus, se enfrenta a una pandilla juvenil de la mafia rusa, encabezada por Teddy Kuznetsov (Aleksandr Pal), al cual deja grave; por defender a una joven pasajera. Esto provocará un enfrentamiento de grandes magnitudes entre el padre de aquel, Yulian (Aleksey Serebryakov) y su banda; y Hutch, al cual se le sumarán su padre, David (Christopher Lloyd) y su hermano, Harry (RZA), en una batalla inolvidable y que se constituirá en la segunda parte del filme, la más desaforada y característica de este tipo de cine. Naishuller, de 40 años, ha realizado además dos largometrajes: “Hardcore Henry” (2015) y “Danila Poperechniy Fun/life” (2023), carrera que ha combinado paralelamente con la dirección de video clips y series de televisión. Pero, como ya lo había demostrado con su primer largometraje, las películas de acción le vienen bien. “Nadie” es entretenida de principio a fin. Básicamente por el ritmo, que es paulatino y sugerente; y también por las buenas actuaciones, sobre todo de Odenkirk, que construye un gran papel, como ya nos tiene acostumbrado; más basado en los gestos y las acciones, que en declaraciones altisonantes o diálogos que puedan interrumpir la desenfrenada sucesión de balaceras y peleas cuerpo a cuerpo. También resulta inolvidable ver actuar a Lloyd, quien, a pesar de sus 85 años, se mueve lo más bien con una ametralladora en la mano, apoyando eficazmente a su hijo justiciero.