“LA MODISTA”

Las historias de venganza son habituales en el cine, pero no es común que una modista que triunfó en París, regrese a un pueblo rural en Australia para tomarse revancha de quienes la acusaron injustamente y la separaron de su madre. Esto ocurre en “La Modista” (2015), cinta dirigida y escrita por la cineasta australiana Jocelyn Moorhouse; que relata el retorno de Tilly Dunnage (Kate Winslet), una diseñadora de modas, que fue acusada de asesinato de un compañero de curso en el colegio y que fue llevada lejos de su hogar, iniciando un periplo que terminó en París, donde triunfó como una atrevida modista, sobre todo pensando en el conservadurismo del pequeño pueblo donde había nacido. Moorhouse, de 63 años, había dirigido anteriormente tres largometrajes: “La Prueba” (1991), “Donde Reside el Amor” (1995) y “Heredarás la Tierra” (1997); que la situaban como una directora interesante; posición que ratificó con “La Modista”, aunque lamentablemente luego sólo se ha dedicado a la dirección de series de televisión. En “La Modista” se destaca el tratamiento visual, el uso de la cámara; que manifiesta desde el comienzo el conflicto que Tilly tiene con su pueblo e incluso con su madre, Molly (Judy Davis); a pesar de que también es evidente lo mucho que se quieren ambas. Tilly necesita saber la verdad de lo que ocurrió hace años y la supuesta amnesia de su madre no le ayuda mucho. Tampoco la envidia y el temor que genera en las mujeres del pueblo, lideradas por Beulah (Kerry Fox); a pesar de que se las irá ganando poco a poco con su talento en los diseños de vestidos, que realzarán las escondidas figuras de estas damas provincianas. Pero no todo es desastroso para Tilly. Es pretendida por un antiguo compañero de juegos, Teddy (Liam Hemsworth), quien es capaz de ver bajo la dureza de Tilly, una mujer sensible y necesitada de cariño. El otro personaje entrañable es el sargento de policía, Farrat (Hugo Weaving); un homosexual travesti que no ha salido del closet y que queda encantado con los diseños de Tilly y que sabe que fue acusada injustamente cuando era una niña. Su historia y su sino trágico hacen de Tilly un personaje inolvidable, con una fuerza interior que le permite lograr su objetivo; en el mejor estilo western, pero moderno y a la australiana.