jueves, 13 de julio de 2023
“EL PADRE”
Una buena adaptación teatral no esconde su origen, pero debe ser capaz de aprovechar y potenciar el uso del lenguaje cinematográfico para expresar la magnitud de los conflictos de los personajes protagónicos.
Es el caso de “El Padre” (2020), cinta ópera prima, dirigida y escrita por el cineasta francés Florian Zeller, basada en la obra de teatro homónima del mismo autor; y que logra transmitir con acierto la evolución acelerada que tiene el protagonista, Anthony (Anthony Hopkins), con la enfermedad de Alzheimer y el mecanismo de funcionamiento de la memoria, y cómo se ve afectada por este terrible mal.
Zeller, de 43 años, desarrolló anteriormente un importante trabajo como novelista, pero especialmente como dramaturgo; y luego de “El Padre” dirigió su segundo filme, “El Hijo” (2022), también basado en su propia obra de teatro. Como se ve, Zeller ha logrado congeniar y combinar acertadamente la literatura, el teatro y el cine; cada uno de ellos con su especificidad de lenguajes.
En “El Padre”, Zeller utiliza recursos cinematográficos, como la profundidad de campo, para graficar la distancia física y emocional que existe entre Anthony y su yerno, Paul (Rufus Sewell), el cual no soporta a su suegro; por los sacrificios que debe efectuar su hija, Anne (Olivia Colman) para cuidarlo. También el encierro que vive, que solo se ve apaciguado cuando mira por la ventana y, sobre todo, cuando ve jugar a un niño en la calle, inocente y feliz.
Los juegos y engaños de la memoria, con la edad y la enfermedad que avanza,
también están muy bien transmitidos con los cambios repentinos de actores, que ya no sabemos sin producto de la mente de Anthony o son reales, como cuando en vez de ver a Paul ve a otro hombre (Mark Gattis) o en vez de ver a su hija ve a otra mujer (Olivia Williams). La llegada de la enfermera, Laura (Imogen Poots) es otro acontecimiento que se repite varias veces, ya que la profesional le recuerda su otra hija, Lucy; la que claramente era su preferida. “El Padre” es una cinta singular, porque es inteligente y emotiva a la vez. Nos hace reflexionar acerca de la memoria, la vejez, la soledad y el deterioro de la salud; pero también hace que nos emocionemos ante algo que nos tocará vivir a todos y que deberá sufrir nuestros cercanos.
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