“LOS CRIMENES DE LA ACADEMIA”

Resolver un crimen no es solo encontrar a los responsables, sino descubrir las motivaciones que lo originaron, que muchas veces son bastante más complejas que lo aparente y que siempre sirven para alumbrar el lado oscuro de la mente humana. Esta podría ser una premisa para las buenas cintas policiales o de misterios detectivescos, como es el caso de “Los Crímenes de la Academia” (2022), cinta dirigida, escrita y producida por el cineasta estadounidense Scott Cooper, basada en la novela homónima del escritor norteamericano contemporáneo Louis Bayard; y que está ambientada en la Academia Militar West Point, en 1830, donde ocurren extrañas muertes de dos cadetes, que encargan investigar al reputado detective Augustus Landor (Christian Bale). Cooper, de 52 años, había dirigido anteriormente cinco largometrajes: “Corazón Rebelde” (2009), “La Ley del Más fuerte” (2013), “Black Mass: Estrictamente Criminal” (2015), “Hostiles” (2017) y “Antlers: Criatura Oscura” (2021); en los cuales se observa una preocupación por la violencia y lo irracional, como elementos decisivos en la actividad humana. En “Los Crímenes de la Academia”, nuevamente las oscuras motivaciones están detrás del fino límite entre la vida y la muerte, como lo señala un epígrafe de Edgar Allan Poe (Harry Melling), uno de los personajes ficticios de la cinta, que aparece como un cadete que ayuda a Landor en su investigación. Otros personajes claves en este misterio son la familia Marquis, compuesta por el médico de la Academia (Toby Jones); su esposa Julia (Gillian Anderson); y sus hijos, el cadete (Harry Lawtey) y la bella y enigmática Lea (Lucy Boynton), que están detrás de la mitad de la verdad del caso. La otra mitad está tras Landor, en relación con su hija muerta, Mattie (Hadley Robinson); su amante, Patsy (Charlotte Gainsbourg) y el erudito Jean Pepè (Robert Duvall), personaje absolutamente libresco, que nos recuerda el origen literario de este interesante filme, que indaga en aspectos como el temor a la muerte y la venganza. Como en un cuento de Poe, la realidad es compleja y está llena de capas, que nos llevan de sorpresa en sorpresa.