martes, 16 de agosto de 2022

“BLUE JASMINE”

Cuando la obra de un director es tan prolífica es inevitable que tenga altibajos notorios, incluso cuando se trata de un realizador tan importante como el estadounidense Woody Allen. La cinta “Blue Jasmine” (2013), dirigida y escrita por él, es uno de los puntos altos de su filmografía del nuevo siglo; ya que lo mejor de su obra se concentra entre fines de los ’70 y hasta el año 1990. En ese período dirigió filmes inolvidables como “Annie Hall” (1977), “Interiores” (1978), “Manhattan” (1979), “Zelig” (1983), “La Rosa Púrpura del Cairo” (1985), “Hannah y sus Hermanas” (1986), “Días de Radio” (1987) y “Alice” (1990). Luego destacarían “Match Point” (2005) y “Hombre Irracional” (2015). “Blue Jasmine” relata la historia de Jasmine (Cate Blanchett), una escaladora social neoyorkina, que se da la gran vida mientras está casada con el millonario Hal (Alec Baldwin), que resulta ser un estafador y un mujeriego, al cual denuncia al FBI en un arrebato de celos y despecho; lo que la obliga, en la más absoluta pobreza, a emigrar a San Francisco para vivir con su hermana Ginger (Sally Hawkins), a quien desprecia por ser pobre y por sus parejas, primero Augie (Andrew Dice Clay) y luego Chili (Bobby Cannavale), a quienes encuentra poco cosa. La verdad es que la cinta comienza como una comedia, bastante liviana; con personajes un tanto ridículos e irresponsables; pero poco a poco el humor va cambiando de color, hasta llegar a ser de un negro absoluto. Los personajes, sobre todo Jasmine, van adquiriendo una densidad inesperada, que recuerda la causticidad de las mejores películas de Allen. La historia de Jasmine y las peripecias que debe afrontar para sobrevivir en la nueva ciudad, transforman a la cinta en un intenso drama y el espectador termina compadeciéndose de la protagonista, que va cayendo en un espiral de autoengaño y soledad que raya definitivamente en la locura. Síntomas claros de su estado de disolución son las relaciones que establece en esta etapa. Primero trabajando como secretaria del dentista Flicker (Michael Stuhlbarg), que intenta abusar de ella; y luego en la relación sentimental que establece con el diplomático Dwight (Peter Sarsgaard), donde el nivel de falta de juicio de realidad llega al límite.

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