“EL PODER DEL PERRO”

No hay dudas de que la experiencia de colonización del oeste estadounidense tiene ribetes fundacionales, que se puede establecer como un paralelo con las experiencias de crecimiento y descubrimiento de sí mismos que enfrentaron muchos de los protagonistas de esa salvaje aventura; en un paisaje fascinante, tanto por su riqueza como por su desolación. Esta situación se encuentra muy bien retratada en “el Poder del Perro” (2021), cinta dirigida, escrita y producida por la cineasta neozelandesa Jane Campion; que está basada en la novela homónima del escritor estadounidense Thomas Savage (1915-2003). Campion, de 67 años, había dirigido siete largometrajes: “Sweetie” (1989), “Un Angel en mi Mesa” (1990), “La lección de Piano” (1993), “Retrato de una Dama” (1996), “Holy Smoke” (1999), “En Carne Viva” (2003) y “Bright Star” (2009), que configuran una filmografía interesantísima, de una originalidad audiovisual y perspectiva narrativa poco usuales en el cine contemporáneo. La película está ambientada en Montana, en 1925; en una hacienda ganadera de los hermanos Burbank, el sereno George (Jesse Plemons) y el huraño y salvaje Phil (Benedict Cumberbatch), que conducen con mano recia este gigantesco fundo, que está rodeado de unas colinas formidables y un cielo único. Todo cambia cuando George se casa repentinamente con Rose Gordon (Kirsten Dunst), que tiene un hijo adolescente y “afeminado”, Peter (Kodi Smit-McPhee); y que sufre con la dureza de Phil, sobre todo con su hijo, tan disímil con la visión del macho ganadero. El punto cúlmine de esta crisis que sufre Rose es la visita del Gobernador (Keith Carradine) a la mansión, cuando no puede tocar el piano, a pesar de lo mucho que ha ensayado. A partir de ahí, Phil sufre una transformación increíble y purificadora; que coincide con la visión de la cita bíblica del nombre de la cinta: “libra de la espada mi alma, del poder del perro mi vida”.