“EXPIACION, DESEO Y PECADO”

Dirigir una adaptación de una obra literaria tiene ventajas y riesgos. Entre las primeras está el hecho de que se parte de una estructura narrativa sólida, que claramente facilita la consistencia de personajes y situaciones. Entre los segundos, existe la posibilidad de que primen diálogos y sucesos, por sobre un modo de contar construido sobre encuadres fotográficos y sonidos significantes. En “Expiación, Deseo y Pecado” (2007), cinta dirigida por el cineasta británico Joe Wright y basada en la novela “Atonement” del escritor inglés contemporáneo Ian McEwan, se produce un buen equilibrio entre ambos elementos: el lenguaje literario y el lenguaje cinematográfico; ya que si bien el guion tiene evidentemente un origen libresco, está resuelto con acertadas imágenes y un sonido apropiado, que logran transmitir al espectador las emociones fundamentales de la novela, los personajes y sus acontecimientos. Wright, de 49 años, había dirigido anteriormente solo “Orgullo y Prejuicio” (2005), filme que lo hizo conocido mundialmente y que también es una adaptación. Luego de “Atonement” vinieron “El Solista” (2009), “Hanna” (2011), “Anna Karenina” (2012), “Peter Pan” (2015), “Las Horas Más Oscuras” (2017) y “La Mujer en la Ventana” (2021), que lo posicionaron como unos de los directores británicos más interesantes de la actualidad. “Expiación…” está ambientada en 1935 en un castillo inglés, donde viven los Tallis, una familia de rancia estirpe solariega, cuya joven representante es Cecilia (Keira Knightley), que a pesar de todo el clasismo de la casa ama al hijo del ama de llaves, Robbie (James Mc Avoy), que también la ama y que va a estudiar medicina, con el apoyo del señor Tallis. El problema es que la menor de los Tallis, Brieny (Saoirse Ronan), de 13 años, también está enamorada de Robbie y llega a mentir inconscientemente para evitar la relación. Esto producirá una tragedia romántica, que nunca se solucionará; sólo en la imaginación de Brieny, que será en el futuro una conocida novelista, encarnada por Vanessa Redgrave. La Segunda Guerra Mundial será el telón de fondo para esta historia plagada de sutilezas y de guiños a la creación literaria; ya que nos indica que la libertad del creador puede, en muchas ocasiones, solucionar los conflictos sin salida de la cruda realidad.