jueves, 30 de septiembre de 2021

“EL HOMBRE QUE MUEVE MONTAÑAS”

La naturaleza es superior a cualquier voluntad humana, incluso que la más férrea y obsesiva que pueda existir. Esta podría ser una de las conclusiones de “El Hombre que Mueve Montañas” (2021) interesante cinta dirigida y escrita por el cineasta rumano Daniel Sandu; que narra la lucha de un padre, Mircea (Adrian Titieni), por encontrar el cuerpo de su hijo y de su novia, ambos desaparecidos en una montaña nevada de ese país europeo y que todos han dado por muertos. Sandu, de 43 años, había dirigido anteriormente un largometraje, “Un paso Atrás de los Serafines” (2017) y este nuevo estreno parece ser su consagración, ya que demuestra una importante capacidad para narrar rescatando lo esencial, construyendo personajes sólidos y bien definidos. Mircea es un ex agente del Servicio Secreto rumano, divorciado y recientemente jubilado, separado de Paula (Elena Purea) y casado con Alina (Judith State), la cual espera un nuevo hijo suyo. Apenas sabe que su hijo mayor está perdido en la montaña mueve cielo y tierra para rescatarlo, intentando subir él mismo con su leal asistente, Laurentiu (Virgil Aioanei) y presionando al equipo de rescate, a cargo de Cristian (Valeriu Andriuta). Luego de agotado lo tradicional, Mircea recurrirá al Ejército a través de sus contactos previos, su amigo el mayor Filip (Tudor Smoleanu), para ubicar, a esa altura, los cuerpos de su hijo y de su novia, ya que han pasado demasiados días; lo que dará como resultado localizar sus celulares y suponer que están muertos y enterrados bajo metros de nieve. Impresiona la tozudez de Mircea para seguir adelante, más allá de sus fuerzas y de la razonable, para buscar el cuerpo de su hijo, aunque finalmente los que lo rodean y el espectador termina entendiendo su necesidad de certeza, para poder seguir adelante con su vida, que ya nunca, de todos modos, será la misma. Su contraparte es la naturaleza, específicamente la montaña, personaje fundamental en el filme; que Mircea se dará el tiempo de observar, como buscando una respuesta y su comprensión. Su porfía chocará una y otra vez con estos murallones y peñones de nieve, que se resisten a devolverle a su hijo y su novia, a pesar de todos sus esfuerzos y de que se va quedando solo en su incomprendida misión.

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