“DREAM LAND”

La aridez de buena parte del estado de Texas es por sí misma una condicionante, tanto existencial como económica. Pero si le sumamos los años posteriores a la Depresión en los años ‘30 y una serie de tormentas de arena, como para borrar cualquier cosa sobre la tierra, nos dan una situación extrema, que puede originar salidas del mismo calibre, como por ejemplo asaltantes de banco, tipo Bonnie y Clyde. Estas circunstancias son las que recrea “Dream Land” (2019), cinta dirigida, producida y musicalizada por el cineasta estadounidense Miles Joris-Peyrafitte; que logra mostrar acertadamente las dificultades que debieron sortear los colonos que llegaron al sur de Estados Unidos, en lo que es su segunda película. Antes había dirigido “As You Are” (2016), con muy buena crítica. “Dream Land” cuenta la historia de dos personajes disímiles, pero que las circunstancias los transforman en una singular pareja. Por un lado, Eugene Evans (Finn Cole), de 17 años, un joven soñador que le gustan las novelas; que vive con su hermana menor, Phoebe (Darby Camp), narradora de la cinta; su madre, Olivia (Kerry Condon) y su padrastro George (Travis Fimmel), oficial de la ley. Por el otro, Allison Wells (Margot Robbie), asaltante de bancos, que viene huyendo herida y que se refugia en el granero de los Evans, que Eugene ocupa en sus días de soledad. Este sueña con su amigo indio Joe Garza (Stephen Dinh), ganarse los diez mil dólares de recompensa por la captura de Allison y viajar a la tierra mítica de México tras los pasos de su padre, que abandonó a la familia, cuando era un niño. Lo que viene luego es lo extraordinario. El encuentro de estos dos seres marginales. Allison, una paria con el destino marcado para siempre, y Eugene, un joven que quiere ser hombre y que ve en ella una mujer para enamorarse y un salvoconducto para abandonar la casa materna y buscar una nueva vida. Su aventura juntos, aunque breve, es de una intensidad inusitada; por lo mismo imposible. Es de esas historias marcadas por el sino de la tragedia y la incomprensión; que sin embargo resultarán inolvidables, por su luminosidad y que la historia logrará de alguna manera rescatar, por ejemplo a través de una película.