jueves, 30 de septiembre de 2021

“AL OTRO LADO DEL MUNDO”

El encierro nos ha permitido ver películas que difícilmente llegarían a las salas comerciales, que se alimentan principalmente de sagas sobre superhéroes y comedias sosas estadounidenses. “Al Otro lado del Mundo” (2006), cinta dirigida y producida por el cineasta independiente estadounidense John Curran, está basada en la novela “The Painted Veil”, del escritor inglés del siglo pasado William Somerset Maughan, que está ambientada en China, en la década del ’20, cuando una epidemia de cólera azotó a eses país asiático. Curran, de 60 años, había dirigido anteriormente “Elogio” (1998) y “Ya no Vivimos Aquí” (2004); y luego dirigió “La Revelación” (2010), “Tracks” (2013) y “Chappaquiddick” (2017), que lo han consolidado como uno de los directores interesantes del país del Norte. En “Al Otro Lado del Mundo” los protagonistas son un matrimonio formado por un bacteriólogo y médico inglés, Walter Fane (Edward Norton), y su esposa Kitty (Naomi Watts), que deben viajar a China para intentar aportar en la lucha contra la terrible plaga. La particularidad de la historia familiar es que Kitty no ama al epidemiólogo y tiene un amante, Charlie Townsend (Liev Schreiber), que hará mucho más difícil la estadía del matrimonio en la impresionante China; ya que Curran deleita al espectador con imágenes de un paisaje majestuoso, a la par de escenas sobre un país muy atrasado en el tema de la salubridad. Otros personajes claves son Waddington (Toby Jones), funcionario inglés que por momentos es el único apoyo de Kitty; y el Coronel Yu (Anthony Chau-Sang Wong), un importante respaldo oficial al abnegado trabajo de Fane. Esta bonhomía será fundamental en la transformación que sufrirá paulatinamente la historia de amor del matrimonio, lo más interesante del filme, junto con la cruda visión de la China de hace cien años, vista a través de los ojos de un escritor británico, que fue sensación y tremendamente respetado en esos años, y que este tipo de cintas rescatan del olvido. Somos testigos como espectadores de una mirada crítica, pero también respetuosa y fascinada, de esta cultura milenaria.

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