martes, 6 de julio de 2021

“THE RIDER”

A veces ocurre que un inmigrante sensible e informado, por su posición más distante por ser extranjero, puede ver con más objetividad y lucidez, los aspectos claves de una cultura y plasmarlos brillantemente. Esto ocurre con Chloé Zhao, la realizadora china avecindada en Estados Unidos, que dirigió, escribió y produjo la cinta “The Rider” (2017), que muestra descarnadamente la realidad de los últimos cow boy, esos que se dedican a montar y domar caballos y toros salvajes; y que además corren serios peligros de salud, por practicar este trabajo, que los define como personas y herederos de una cultura centenaria y en extinción. Zhao, de 39 años, dirigió anteriormente un largometraje “Las canciones que me Enseñaron mis Hermanos” (2015) y con posterioridad “Nomad Land” (2020), cintas que tienen la misma temática, sumergirse en los aspectos más profundos del Estados Unidos rural, y que definieron la identidad de ese país que dio a conocer el cine clásico norteamericano, sobre todo a través del western; ese cine de los grandes espacios abiertos, de la relación del hombre con la naturaleza y de espíritus fuertes y nobles, luchando por sobrevivir y construir. En este caso recurre a una familia de jinetes domadores de caballos en Dakota del Sur, los Jandreau Blackburn, utilizándolos en forma magistral como actores no profesionales. El protagonista es Brady, un joven que acaba de sufrir un accidente en un rodeo, que le destrozó el cráneo, y está tratando de volver a su vida normal, aunque es prácticamente imposible. Lo acompañan su padre viudo, Wayne; su hermana adolescente Lily; y su grupo de amigos liderados por Cat Clifford (que canta y toca la guitarra en una cinta en que la música es muy importante) y Lane Scott, que está más grave, producto de una fuerte caída, y al cual nunca deja de ir a ver. En la cinta destacan las cuidadas imágenes, especialmente las de los caballos Gus y Apollo; las reuniones de amigos, los tatuajes, el tabaco, el orgullo de ser cow boy. El filme transmite a la perfección el respeto que estos arriesgados hombres tienen a la naturaleza y sus ciclos. Brady encarna de gran manera ese habitante de las praderas, que habla poco, pero que asume los desafíos como un valiente, “un cow boy no le teme al dolor” le dice unos de sus amigos.

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