“LONDON FIELDS”

En algunas ocasiones, desde las primeras imágenes de una cinta se puede establecer qué tipo de estética está desarrollando el director. En otras no es tan fácil y hay que esperar que transcurran los minutos. En “London Fields” (2018), cinta dirigida por el cineasta estadounidense Matthew Cullen, no existe problema para darse cuenta de que el filme se inscribe en una estética pop, derivada del mundo del cómic y los video clip. Investigando a Cullen, aparte de determinar que este es su primer largometraje y que está basado en la novela homónima del escritor británico contemporáneo Martin Amis, sabemos que entre 2004 y 2017 desarrolló una premiada carrera como director de videos musicales; lo que explica a cabalidad la estética de esta película, que resulta interesante por lo mismo y por su estructura narrativa. “London Fields” cuenta la historia de un escritor menor estadounidense, Samson Young (Billy Bob Thornton), que intercambia su pequeña casa norteamericana por una temporada con la lujosa casa londinense de un exitoso escritor inglés, Mark Asprey (Jason Isaacs); resultando todo un estímulo para su creatividad y escribiendo una apasionante novela, que le da nombre al filme; y que mezclará ficción con realidad, dada por acontecimientos que lo ligarán con su vecina del piso de arriba, la atractiva y exuberante Nicola Six (Amber Head) y sus dos principales pretendientes, el jugador de dardos Keith Talent (un sobreactuado y desagradable Jim Sturgess) y un galán adinerado Guy Clinch (Theo James). Estos dos sujetos, con hijos pequeños, están casados con mujeres atractivas que no los hacen felices. Guy con Hope (Jaimie Alexander) y Keith con Kath (Carla Delevingne). A esta galería se suma Chick Purchase (Johnny Depp), campeón en los dardos y prestamista que tiene agobiado y amenazado al baboso Talent. Lo más interesante de la cinta son los personajes de Samson y Nicola. El primero porque es el que mueve todos los hilos de la narración, por lo tanto es clave en el inesperado desenlace; y Nicola por su magnetismo irresistible, muy de femme fatale de historieta, a la cual dan ganas de proteger y seducir; sabiendo que en el fondo no sabemos nada de ella y que si cedemos, caeremos sonrientes en una telaraña mortal.