viernes, 8 de marzo de 2019

“EL VICEPRESIDENTE”

La realidad política profunda de Estados Unidos de los últimos cincuenta años es un rompecabezas que muy pocos pueden armar y menos descifrar. Esto cambia si accedemos a ella a través de la historia de un personaje oscuro y poco valorado, pero que en realidad tuvo un poder inconmensurable y fundamental no sólo en el desarrollo del país del norte, sino en el del mundo completo.

Este personaje es “El Vicepresidente” (2018) Dick Cheney, quien fuera el segundo a bordo del ex Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush (Sam Rockwell); y que es protagonista de la última cinta dirigida, escrita y producida por Adam McKay; y que en realidad estuvo a cargo de temas de primera importancia como la política exterior, la energía y la inteligencia nacional entre 2001 y 2009, período en que por ejemplo se produjo el atentado a las Torres Gemelas, la Guerra contra Irak y la posterior eliminación de Osama Bin Laden.

McKay, de 50 años, había dirigido entre 2004 y 2013 cinco largometrajes del estilo comedia liviana, en las cuales el protagonista era el actor Will Ferrell; es decir un cine sin mayores pretensiones que el entretener con un humor bastante básico. Recién en 2015 con “La Gran Apuesta”, McKay se atreve a adentrarse en un cine de crítica, en dicho caso de la burbuja económica y el desarrollo inmobiliario.

Con “El Vicepresidente”, la historia de Cheney (un excelente Christian Bale), le sirve, a través de una estructura narrativa también similar a un rompecabezas, para mostrar al espectador la trastienda de la historia del poder de la Casa Blanca, sobre todo de los gobiernos republicanos, desde el gobierno de Nixon hasta la elección de Barack Obama, pasando por Gerald Ford, Ronald Reagan, George H.W. Bush y sobre todo el de su hijo, en que tomó decisiones que cambiaron el rumbo global de la humanidad.

Desde sus comienzos, como asesor del senador republicano Donal Rumsfeld (Steve Carell) y con el apoyo fundamental de su esposa Lynne (Amy Adams), Cheney manifestó un especial talento para las intrigas de “palacio” y para imponer en el mundo los intereses de Estados Unidos, sobre todo los económicos, que además eran claramente los personales y los de su jefe en cada caso. Todo esto está mostrado en la cinta con una naturalidad meridiana y escalofriante, un gran logro del filme.

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