“RASCACIELOS: RESCATE EN LAS ALTURAS”

Existe desde la semana pasada un nuevo Superman, ahora de carne y hueso; lo que lo hace más meritorio aún. Ya que puede faltarle la mitad de la pierna, recibir cuchilladas, balazos, golpearse terriblemente o colgar de una grúa o de un rascacielos y siempre logrará recuperarse, derrotar a los villanos y proteger a su querida familia.

Se trata de Will Sawyer (Dwayne Johnson), protagonista central de “Rascacielos: Rescate en las Alturas” (2018), cinta dirigida, escrita y producida por el cineasta estadounidense Rawson Marshall. Sawyer es un ex marine y ex agente del FBI, que actualmente se dedica a la asesoría en seguridad de gran nivel, ya que perdió la mitad de una pierna en su última operación como agente federal.

Marshall, de 43 años, había dirigido anteriormente cuatro largometrajes, tres de ellos comedias: “Pelotas en Juego” (2004), “¿Quién Diablos son los Miller?” (2013) y “Un Espía y Medio” (2016), de humor bastante grueso; y una cinta policial, “Los Misterios de Pittsburgh” (2006), sin duda la más interesante de sus películas. “Rascacielos: Rescate en las Alturas”, filme de acción y de suspenso, se mantiene en la media de las tres primeras; siendo su mayor problema la dificultad para creer en la invencibilidad de Sawyer, que, pese a todas sus capacidades, sigue siendo un ser humano, además discapacitado.

Un antiguo colega del FBI, Ben (Pablo Schreiber) le consigue una asesoría para revisar la seguridad de un edificio de más de 200 pisos, que está por inaugurarse en Hong Kong y que pertenece al multimillonario Zhao Long (Chin Han), el cual ha dispuesto una habitación en el piso 96 para él y su familia: su esposa Sarah (Neve Campbell), ex médico del FBI y sus mellizos pequeños Georgia (McKenna Roberts) y Henry (Noah Cottrell).

Todo va de maravillas hasta que se destapa una conspiración, que buscará entre otras cosas incendiar todo el edificio, a cargo del mercenario Botha (Roland Moller) y de su secuaz Xia (Hannah Quinlivan), una especie de Gatubela perversa. Pero lo importante no es la historia. Lo central del filme es la variedad de riesgos y desafíos que deberá sortear Sawyer para rescatar a su familia, derrotar a los malos y de pasada, anular la conspiración y salvar a Zhao. Poco o nada para un súper héroe de la talla de Sawyer, que debe haber dado un trabajo impresionante a los encargados de efectos especiales.