martes, 8 de mayo de 2018

“INMERSION”

Esta cinta es básicamente una magnífica historia de amor, pero en el sentido global de la palabra; lo que demuestra que nada en ella está dejado al azar y que está vislumbrada como un todo que se puede leer por capas o de una vez, pero desde distintas perspectivas.

“Inmersión” (2017) fue dirigida por el cineasta alemán Wim Wenders y está basada en la novela homónima del escritor británico contemporáneo J.M. Ledgard. Wenders, de 72 años, es uno de los principales exponentes, junto a Herzog y Fassbinder, de lo que se conoció como el Nuevo Cine Alemán en la década del ’70, produciendo una renovación estética mundial, que aún deja sentir sus efectos.

En el caso de Wenders, realizó en esa época filmes notables como “La Angustia del Arquero ante el Penal” (1972), “La Letra Escarlata” (1973), “Alicia en las Ciudades” (1974), “Movimiento Falso” (1974), “El Transcurso del Tiempo” (1975), “El Amigo Americano” (1977), “El Estado de las Cosas” (1982), “Hammet” (1982) y “Paris-Texas” (1984). Luego, vino una etapa más irregular, con varias cintas sobre ángeles y otras de ficción poco conocidas en Chile, hasta sus destacados documentales “Buena Vista Social Club” (1999), “Pina” (2011) y “La Sal de la Tierra” (2014), que lo ratifican como un cineasta fundamental.

Con “Inmersión” recupera el sitial que se merece en el cine de ficción. A través de la historia de amor entre una oceanógrafa, Danielle Flinders (Alicia Vikander) y un agente secreto británico, James More (James McAvoy) se exponen conflictos contemporáneos de distinta valoración. Por un lado, a través de la investigadora, las preguntas sobre los secretos de la vida (“en el fondo del mar crecen seres sin luz, con la energía que les llega del centro de la tierra”). Por otro, a través del espía, la defensa de la vida, como un compromiso de acción y sacrificio, en este caso para desbaratar un grupo islamista fanático en Somalia, que planea hacer explotar una serie de bombas en Europa.

Con una dirección de arte impecable y una cámara de gran sensibilidad, Wenders plantea los aspectos fundamentales de la existencia humana: el amor de pareja y el compromiso con los demás y con el origen y sentido de la vida, manifestados a través del respeto y asombro ante la maravilla de la naturaleza.

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