martes, 27 de marzo de 2018

“MARIA MAGDALENA”

Esta cinta tiene varias lecturas, todas ellas del más profundo interés. La primera, y la más global, es que es una película sobre la fe, a partir de la experiencia religiosa de María Magdalena, la más fiel acompañante de Jesús en los días de la Pasión, junto a su madre.

Otra lectura es ver el filme como una revalorización histórica y de género del rol de María Magdalena (Rooney Mara) junto a Jesús (Joaquin Phoenix), en sus días de predicación y en sus últimas jornadas antes de morir en la cruz. Esta interpretación cobra fuerza al final de la cinta, ya que aparece un texto que señala que un Papa, en el siglo VI, minimizó el rol de María Magdalena junto a Jesús; y luego otro que indica que el Vaticano, en 2016, la reivindicó indicando que fue la persona que estuvo más cerca de él en la Semana Santa. “María Magdalena” (2018) es el segundo largometraje del cineasta australiano Garth Davis; quien a sus 43 años había dirigido anteriormente el filme “Un Camino a Casa” (2016), que daba cuenta de un talento incipiente, que se confirma con este nuevo estreno.

Ahondando en la primera interpretación, es notable como se retrata la familia tradicional hebrea, en que los destinos de sus componentes están predeterminados por una tradición inquebrantable. En esta lógica María de Magdala debe casarse, situación ante la cual ésta se rebela, ya que siente que su vocación no está en el matrimonio. Incluso se considera que está poseída por el demonio, por esta negación a casarse. En estas circunstancias conoce al curandero o rabino Jesús, quien de inmediato la subyuga con su lenguaje
profético y misterioso; decidiendo en muy poco tiempo que seguirá a este iluminado. El rol que asume junto a Jesús produce reticencias en algunos apóstoles, sobre todo en Pedro (Chiwetel Ejiofor), el líder hasta ese momento; dejando en segundo plano a otros discípulos como Andrés (Charles Babalola), Jaime (Trufeek Barhum) y Felipe (Uri Gavriel), a excepción del caso de Judas Iscariote (Tahar Rahim), quien la ve con simpatía y la apoya.

Es innegable que el hecho de que María Magdalena sea mujer dificulta doblemente su vocación. Su hermano mayor Daniel (Denis Menochet), junto a su padre Elías (Tcheky Karyo), quieren casarla a toda costa por conveniencia y no aceptan su fe, siendo repudiada; lo que al parecer fue el origen de que fuera signada como prostituta y no la mujer santa que la propia Iglesia ha reconocido tardíamente.

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