martes, 12 de diciembre de 2017

“LA ULTIMA VEDETTE”

Hace 30 años entrevisté en profundidad a la vedette Maggie Lay para la revista Apsi. El artículo se tituló “Las Vedettes Somos Intocables”.

Hoy, luego de ver el documental “La Ultima Vedette” (2017), dirigido, escrito y editado por el cineasta chileno Wincy Oyarce; y que trata sobre los dos últimos años de vida de dicha vedette, la afirmación sigue siendo absolutamente válida, por lo menos en el caso de ella: una luchadora incansable, con un talento que aún explota los fines de semana en algunos restoranes y locales nocturnos de la capital.

Oyarce, de 37 años, había dirigido anteriormente tres largometrajes de ficción: “Los Bastardos” (2006), “Empaná de Pino” (2008) y “Otra Película de Amor” (2012); que se destacan por recoger, con una mirada inteligente, aspectos fundamentales del mundo popular y marginal de nuestro país.

“La Ultima Vedette”, su primer documental, se inserta en esta misma línea estilística; ya que Lay, a pesar de ser enfermera universitaria y una vedette de fuste, que incluso triunfó internacionalmente, se mueve como pez en el agua en el mundo de los suburbios capitalinos, tanto de día como de noche.

A pesar de sus años (nunca se dice la edad exacta de una dama), se resiste a dejar los escenarios, oficio que ejerce no sólo con dignidad, sino con talento y una innegable sensualidad y ternura, que se manifiesta en su expresivo modo de cantar, no por nada aparece interpretando un tema identificado con Chavela Vargas; y en su vigente agilidad en la danza.

Pero como estas actuaciones de fines de semana no dan para vivir, Maggie Lay de lunes a viernes, y en jornada completa, maneja un colectivo en San Bernardo, donde sólo es la Maggita, conductora que claramente se preocupa especialmente de sus pasajeros mujeres, con sus bolsas de las compras y sus coches de guaguas, que muchas veces son rechazadas por los machistas conductores varones.

El documental, sin artilugios visuales, pero con un certero punto de vista, retrata acertadamente a quien se considera la última gran vedette chilena. Y Maggie lo sabe. Es consciente de que es heredera de una gran tradición y de que ha vivido con intensidad y pasión, la misma con que se relaciona aún con su gente y con sus gatos.

No hay comentarios: