martes, 28 de noviembre de 2017

“SUBURBICON”

Un condominio de sesenta mil habitantes en Estados Unidos es un pequeño país, con policía propia, colegios, supermercados, bancos; es decir autosuficiente y un reflejo a escala de lo que es la nación del norte, más aún si la acción está ambientada en los años ’50, con el racismo y los prejuicios conservadores en su apogeo.

Este es el trasfondo de “Suburbicon” (2017), cinta dirigida, escrita y producida por el cineasta estadounidense George Clooney; la cual cuenta además con el trabajo en el guion de los afamados hermanos Joel y Ethan Coen, aporte que se manifiesta en el humor negro y en una historia corrosiva y crítica al sistema de vida norteamericano.

Clooney, de 56 años, había dirigido anteriormente cinco largometrajes: “Confesiones de una Mente Peligrosa” (2002), “Buenas Noches y Buena Suerte” (2005), “Leatherheads” (2008), “Secretos de Estado” (2011) y “Operación Monumento” (2014), cintas en las que ha demostrado un espíritu crítico e irónico, pero carente de frescura y espontaneidad.

En “Suburbicon” manifiesta las mismas características, pero el aporte de los hermanos Coen inclina la balanza hacia las virtudes, logrando una cinta entretenida, con un humor ácido y con giros argumentales sorprendentes, cuyo registro oscila entre el policial y el drama absurdo.

Suburbicon es el nombre de este “maravilloso” condominio, una de cuyas familias es la protagonista del filme. Se trata de Gardner (Matt Damon), alto ejecutivo de una próspera empresa; su esposa Rose (Julianne Moore); su cuñada Margaret (Julianne Moore)) y su hijo pequeño Nicky (Noah Jupe), una familia normal y estándar.

Dos hechos harán cambiar esta calma pequeño burguesa: la llegada de una familia negra al condominio, que hará brotar un racismo furioso entre sus habitantes; y un asalto que sufrirá esta familia en su casa y que significará la muerte de Rose, que ya se encontraba en silla de ruedas, producto de un accidente automovilístico, en que conducía Gardner. La aparición de un suspicaz inspector de seguros, Bud Cooper (Oscar Isaac), terminará por desatar una ola de sucesos criminales, cuya principal lectura es que bajo la apariencia de decencia y estabilidad de este condominio, reflejo de la sociedad estadounidense, hay algo podrido y que huele muy mal.

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