miércoles, 13 de septiembre de 2017

“EL SEDUCTOR”

No se debe hablar de cine femenino o masculino, ya que en la creación no existe el género sino sólo los creadores; pero sí se puede hablar de temas que tienen que ver con lo femenino. La directora estadounidense Sofía Coppola es una cineasta que se ha preocupado de bucear en las particularidades del ser mujer y lo ha realizado con acierto y sensibilidad.

Su último estreno, “El Seductor” (2017), dirigida, escrita y producida por Coppola, y basada en la novela “El Engañado” de Thomas Cullinan, vuelve a sumergirse en la femineidad, a través de una historia ambientada en la Guerra Civil de Estados Unidos.

Coppola, de 46 años, había dirigido anteriormente cinco largometrajes: “Las Vírgenes Suicidas” (1999), “Perdidos en Tokio” (2003), “María Antonieta” (2006), “El Algún Lugar” (2010) y “Adoro la Fama” (2013); de los cuales los tres primeros se estrenaron en la región y que curiosamente tocan el tema de lo femenino, con singular talento.

La trama de “El Seductor” es bastante sencilla, pero no así sus implicancias en los personajes femeninos comprometidos en ella y en el único personaje masculino, que vive las consecuencias de ese modo de ser, de ahí el nombre original de la novela. El cabo del ejército del norte, John McBurney (Colin Farrell) es encontrado herido de una pierna, en un bosque de Virginia, por la pequeña Amy (Oona Laurence), quien lo lleva a su escuela, donde están refugiadas otras cuatro niñas, la profesora Edwina (Kirsten Dunst) y la directora, Martha (Nicole Kidman), que sufren la soledad, el aislamiento y la falta de pasión amorosa.

A pesar de ser sureñas, deciden no entregar al herido; ya que sobre todo a las adultas y a la adolescente Alicia (Elle Fanning) la presencia de McBurney les ha cambiado su rutinaria y tediosa vida. Pero también a las otras niñas, Jane (Angourie Rice), Marie (Addison Riecke) y Emily (Emma Howard), que se arreglan y hacen esfuerzos para congraciarse con el atractivo soldado.

El problema es que McBurney, traicionado por el halago, coquetea con las tres mayores, lo que hace brotar las emociones más terribles de la idiosincrasia femenina, cuales son el despecho y el egoísmo, fuerzas ante las cuales el cabo nada tiene que hacer, ya que además estas mujeres se unen en su contra, volviendo a ser el enemigo común del comienzo del filme.

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