miércoles, 20 de septiembre de 2017

“BARRY SEAL: SOLO EN AMERICA”

Esta cinta responde a dos características bien acendradas en la identidad de Estados Unidos: que es el país de las oportunidades y que su vocación de intervenir en los países que no responden a su modelo de democracia justifica cualquier medio para lograr sus objetivos.

Y esto no es sólo un decir ya que “Barry Seal: Sólo en América” (2017), cinta dirigida por el cineasta estadounidense Doug Liman, está basada en la vida real de un piloto comercial del país del norte, que trabajó para la CIA, para el Cartel de Medellín y para el general Noriega de Panamá, transformándose en un mercenario millonario, pero con los días contados.

Liman, de 52 años, tiene una larga trayectoria, destacándose por su oficio en películas de acción, siendo las más conocidas “Identidad Bourne” (2002), “Señor y Señora Smith” (2005), “Jumper” (2008), “Poder que Mata” (2010) y “Al Filo del Mañana” (2014); talento que utiliza a cabalidad en este estreno, cuyo ritmo acelerado y adrenalínico no decae en ningún momento.

Seal (Tom Cruise) tenía en su genética el delito, ya que antes de ser reclutado para la CIA por Monty Schafer (Domhnall Gleeson), ya contrabandeaba habanos en sus vuelos comerciales. De ahí en más, aprovechó todas las oportunidades que se le cruzaron en el camino, sin ningún tipo de escrúpulos y sin importarle a qué causa servía su trabajo como piloto, sino sólo ser “el gringo que siempre cumple”.

De este modo, trabajó además para los fundadores del Cartel de Medellín, Jorge Ochoa (Alejandro Edda) y Pablo Escobar (Mauricio Mejía); hizo negocios con el general Manuel Noriega, futuro dictador de Panamá, al amparo de la CIA, con la cual colaboró también para apoyar con armas y entrenamiento a los Contra, en la revolución nicaragüense; y para espiar desde su avión a los movimientos izquierdistas en países como El Salvador y Guatemala.

Lo acertado de la cinta es que todo está contado como una aventura difícil de creer, en la que Seal tuvo el apoyo de su esposa, Lucy (Sara Wright) y en la que se movía como un perfecto equilibrista; hasta que su torpe cuñado, JB (Caleb Landry Jones) llegó a vivir con ellos y comenzó el inicio del fin de esta versión distorsionada del “sueño americano”, que retrata magistralmente los modos habituales de actuar de la inteligencia estadounidense.

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