martes, 29 de agosto de 2017

“LA TORRE OSCURA”

La eterna lucha entre el bien y el mal perfectamente puede llevar a nuestro planeta a una suerte de apocalipsis. Lo que no es tan fácil de imaginar es que lo que ocurre en la Tierra puede deberse al conflicto de fuerzas que están presentes en todo el Universo y que repercuten en todos los mundos existentes, incluido el nuestro.

Este el argumento central de “La Torre Oscura” (2017), cinta dirigida y escrita por el cineasta danés Nikolaj Arcel y basada en la novela homónima del afamado escritor estadounidense Stephen King. Arcel, de 45 años, había realizado cuatro largometrajes en su país natal con bastante éxito y éste es el primero que dirige en Hollywood, con un resultado bastante aceptable.

Sobre todo si consideramos “La Torre Oscura” como una película de ciencia ficción, bien realizada, y cuyo objetivo fundamental es la entretención; por lo tanto debe ser evaluada por su ritmo e intensidad, aspectos que no decaen en ningún momento del filme y que atrapan al espectador desde las primeras escenas.

El protagonista es Jake (Tim Taylor), un adolescente neoyorquino que tiene poderes paranormales y que está teniendo extrañísimos sueños, en los cuales aparece el Hombre de Negro, Walter (Matthew McConaughey) y su rival, el pistolero Roland (Idris Elba), los adalides del mal y del bien respectivamente. Walter lo único que desea es destruir La Torre Oscura, que protege al Universo; y Roland desea la venganza, porque Walter ha matado a sus padres y a todos sus compañeros de lucha.

Jake posee el “toque” supremo, poder que podría usar Walter para devastar la torre; por lo cual sólo la unión del joven con Roland podrá darle algo de esperanza a las fuerzas universales del bien.

La clave de la eficacia de la cinta está en que se centra en la relación entre estos tres personajes protagónicos. Por una parte, la amistad que se va desarrollando entre Jake y el pistolero; y por otra, la lucha sin cuartel entre Walter y Roland, con la inevitable escena final de enfrentamiento, del cual dependerá el futuro de la vida, tal cual la conocemos. Las figuras paterna y materna, encarnadas en la oración del pistolero y en la madre de Jake, Laurie (Katheryn Winnick), son fundamentales en la fortaleza y resistencia de los defensores de los buenos sentimientos.

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