martes, 7 de marzo de 2017

“LUZ DE LUNA”

Hay grupos étnicos o culturales que no se ven reflejados habitualmente en las salas de cine comercial; no sólo en nuestro país, sino en el mundo entero. Uno de ellos es la etnia afroamericana en Estados Unidos y cuando se estrena una cinta de este origen, honesta, con una mirada inteligente sobre sí misma; difícilmente pasa desapercibida.

Es el caso de “Luz de Luna” (2016), filme escrito y dirigido por el cineasta estadounidense Barry Jenkins; que narra tres etapas de la vida de un niño bastante común, de raza negra, con problemas familiares y personales, principalmente psicológicos. Jenkins, de 37 años, sólo había dirigido anteriormente un largometraje, “Medicina para la Melancolía” (2008), desconocido en la región de Valparaíso; lo cual no obsta para que en éste, su segundo estreno, logre un filme equilibrado en su estructura y, lo más importante, un aporte revelador sobre la realidad que viven los afroamericanos comunes y corrientes, sus miedos y sus pequeñas felicidades.

Durante la infancia le llamarán Little, Pequeño, (Alex Hibbert) y sufrirá el abuso de sus compañeros, por su delgada contextura. Luego, en la adolescencia lo apelarán por su nombre, Chiron (Ashton Sanders); época en la que le harán dudar de su heterosexualidad y tendrá una affaire homosexual con su mejor amigo, Kevin (Jhamrel Jerome), episodio que lo marcará para toda la vida; y la tercera etapa, la adultez, después de una pasada por la cárcel, en que será conocido como Black (Thevante Rhodes), fisicoculturista, traficante de drogas, un hombre aparentemente exitoso, pero que en el fondo sigue siendo ese adolescente que necesita sentirse querido.

Eso es lo que da gusto de esta película. No sólo su estructura inteligente, la sensibilidad y la sutileza del tratamiento del tema; sino también la profundidad con que se construye este personaje protagónico, que verdaderamente en un héroe, en el sentido que representa las dificultades y ambiciones de una cultura, que ya lleva en lo mismo por varias generaciones.

En esta línea, son fundamentales los personajes de la madre de Chiron, Paula (Maomí Harris), madre soltera y adicta, con la cual tiene una relación de inseguridad y contradicción. También la figura inesperada de Juan (Mahershala Alí), que le ofrecerá una imagen paterna amistosa, que replicará en el futuro; y su pareja Teresa (Janelle Monáe), que en algo suplantará emocionalmente a su madre.

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