Una de las características del cine de autor es que el director prefiere sugerir más que mostrar, utiliza a menudo la elipsis por sobre narrar detalladamente los acontecimientos. Todo esto con el fin de que el espectador participe activamente en la completación de lo que ocurre frente a sus ojos como en la interpretación del sentido de las imágenes. Estos principios están acertadamente ejemplificados en la cinta “La Habitación” (2015), dirigida por el cineasta irlandés Lenny Abrahamson; basada en la novela de Emma Donoghue.
Abrahamson, de 49 años, había dirigido anteriormente cuatro largometrajes: “Adam y Paul” (2004), “Garaje” (2007), “What Richard did” (2012) y “Frank” (2014), todos ellos no estrenados en la región. “La Habitación” tiene claramente dos partes muy marcadas. En la primera asistimos a la vida de una madre (Brie Larson) y su hijo, existencia que está restringida a un cobertizo, que ellos llaman “habitación”, que posee en un solo ambiente, una cama, una tina y un wáter, un cocina y un armario, que es la cama del pequeño Jack (Jacon Tremblay), que está por cumplir cinco años.
La historia la cuenta Jack, por lo tanto tiene la ingenuidad y la frescura de la niñez; lo cual evita todo tipo de sentimentalismos o sensacionalismos; ya que el espectador se entera paulatinamente que la madre fue secuestrada hace siete años, por un personaje que llaman “viejo Nick” (Sean Bridgers) y abusada sexualmente en reiteradas ocasiones, producto de la cual nació Jack. En este mundo cerrado, el lenguaje es fundamental y hace que las cosas parezcan casi normales, incluso las visitas de Nick. Aparte de habitación y viejo Nick, son claves palabras como tragaluz (a través de él Jack ve el mundo exterior), el ropero, televisión (la realidad) y por supuesto, mamá, la estabilidad emocional.
La segunda parte, tan sorprendente y compleja como la primera, se produce una vez que Jack logra escapar y la policía los rescata. Ambos deberán enfrentarse con el mundo real, el cual tiene códigos tan fuertes como la “habitación”. Para Jack será conocer a sus abuelos (Joan Allen y William H. Macy), que se encuentran separados, y a la nueva pareja de su abuela, Leo (Tom McManus), tener un perro y un amigo. Para su madre, que lo vive peor, sentirse rechazada, tanto por su padre como por la prensa, en una difícil contrastación con la realidad.
viernes, 12 de febrero de 2016
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