martes, 8 de septiembre de 2015

“ALLENDE MI ABUELO ALLENDE”

Hace un buen rato que documental en cine no es sinónimo de objetividad y distanciamiento de la realidad que se está retratando. Por el contrario, cada vez más los documentales implican un punto de vista del realizador, llegándose incluso a que el cineasta esté involucrado con el objeto del filme.

Esto es lo que ocurre con el documental chileno “Allende mi Abuelo Allende” (2015), que fue dirigido y escrito por Marcia Tambutti Allende, nieta del ex Presidente Salvador Allende e hija de la senadora Isabel Allende Bussi. Esta cercanía familiar y afectiva con el tema de la cinta le da un interés mayor a la misma, ya que era poco conocido cómo vivieron las hijas y nietos de Allende primero su muerte y luego el exilio y la memoria de este personaje fundamental en el reciente medio siglo de la historia del país.

Tambutti, de 44 años, no había dirigido antes; sólo había trabajado en la producción del documental “Tencha” (2008) de Carmen Luz Parot, y que trata sobre la vida de su otra abuela, la esposa de Allende. Esta falta de experiencia no conspira para que “Allende mi Abuelo Allende” alcance un alto nivel de eficacia y emotividad.

La realizadora combina las entrevistas a su madre, a su abuela Tencha, a su tía Carmen Paz y a sus primos, con fotografías y videos antiguos no sólo de su ilustre abuelo sino también de su tía Beatriz, conocida como Tati, secretaria política de Allende y que se exilió en Cuba después del Golpe de Estado, país en el que se suicidó en 1977, a raíz de una fuerte depresión.

Resultan altamente interesantes y emotivas las entrevistas y conversaciones con su abuela Tencha (que de hecho falleció en 2009), por su lucidez a pesar de la avanzada edad; y con su madre Isabel, a la cual se le puede ver en una dimensión totalmente distinta a la que se le conoce por su actividad política.
La trágica historia de su tía Tati también conmueve no sólo por los hechos, sino también por el testimonio de su hijo Alejandro, el cual estaba en el vientre de su madre cuando ocurrió el Golpe de Estado.

Otro aspecto que llama la atención es que el documental nace del deseo de Tambutti de saber más de su abuelo y de sus familiares que lo conocieron y convivieron con él. Finalmente no logra sólo eso, sino que ella misma cambia y madura, lo cual también ocurre con el resto de la familia, en un ejercicio de catarsis y diálogo sobre temas dolorosos, pero fundamentales.

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