martes, 4 de agosto de 2015

“SIN HIJOS”

Es refrescante poder ver cine latinoamericano en la cartelera comercial, entre tanta producción estadounidense; ya que claramente el espectador nacional se sentirá más representado viendo una comedia argentina que una película del país del norte del mismo género.

Esto es lo que ocurre con la cinta “Sin Hijos” (2015), dirigida por el cineasta argentino Ariel Winograd; que, como buena comedia, aparte de entretener hace reflexionar al espectador sobre la condición humana y sobre la importancia de las emociones.

Winograd, de 37 años, había dirigido anteriormente tres largometrajes de ficción, que no habían sido estrenados en la región de Valparaíso: “Cara de Queso, Mi Primer Ghetto” (2006), “Mi Primera Boda” (2011) y “Vino para Robar” (2013); por lo cual es de esperar que sus próximas producciones también sean exhibidas en la zona.

“Sin Hijos” cuenta la historia de Gabriel (Diego Peretti), un tranquilo propietario de una tienda de instrumentos musicales de Buenos Aires, heredada de su padre; el cual se encuentra separado y con una hija de nueve años, Sofía (Guadalupe Manent); la cual es el centro de su vida y que se lleva a su departamento todos los fines de semana.

Esta tranquila y monotemática vida se verá profundamente alterada cuando reaparezca en la vida de Gabriel una antigua y atractiva amiga, Vicky (Maribel Verdú), de la cual se sentirá fuertemente atraído; pero que tiene una fobia fundamental: no soporta a los niños pequeños.

Desde esta situación, se desarrolla la etapa más hilarante y simpática del filme, con Gabriel tratando de esconder a su hija de Vicky; y luego Sofía, ya enterada, haciéndose pasar por su hermana, en una serie de enredos, que culminarán en las escenas finales, plagadas de romanticismo y buenos sentimientos.

Afortunadamente, el filme no cae en el melodrama, lo que se agradece y que se logra, básicamente por la inteligencia del guión, la solidez de los personajes, tanto principales como secundarios, entre los cuales destacan el hermano menor y el padre de Gabriel; y su mejor amigo, un pediatra sabio y querendón.

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