martes, 11 de agosto de 2015

“LOS 33”

Con las postales del desierto del norte chileno que abren la cinta, queda claro desde el comienzo que “Los 33” apelará al facilismo y los lugares comunes para atacar a las emociones del espectador.

Y la verdad es que por momentos lo logra, sobre todo por las bondades de la historia, el rescate de los 33 mineros que quedaron atrapados en la mina San José, al interior de Copiapó, durante 69 días, hace exactamente cinco años. El problema es que el guión es la adaptación de un libro que escribió sobre aquellos sucesos el periodista estadounidense Héctor Tobar, el cual, al parecer, se fundó en un objetivo más comercial que literario.

“Los 33”, cinta dirigida por la cineasta mexicana Patricia Riggen, cumple a cabalidad con todos los requisitos de una película pensada para la taquilla. De partida, fue filmada en inglés, por lo cual recomendamos ver la versión doblada; en la cual afortunadamente las voces son bastante neutras.

Luego, el elenco. El líder de los mineros, Mario Sepúlveda, fue interpretado por el vendedor Antonio Banderas; y el ex Ministro de Minería, Laurence Golborne, por el apuesto Rodrigo Santoro. Y así, suma y sigue: el supervisor de los mineros, Luis Urzúa, fue encarnado por Lou Diamond Phillips; el ingeniero jefe André Sougarret por Gabriel Byrne; María, la hermana del minero Darío Segovia, fue interpretada por Juliette Binoche; la esposa de Sepúlveda por la estupenda mexicana Kate del Castillo; el minero Alex Vega por el galán Mario Casas y su esposa embarazada por la buena moza actriz chilena Cote de Pablo.

De los otros mineros con cierta notoriedad en el filme, los más creíbles resultan ser Johnny Barrios (Oscar Núñez), cuya esposa y amante son vecinas; Darío Segovia (Juan Pablo Raba) alcohólico consuetudinario; Edison “Elvis” Peña (Jacob Vargas); Franklin Lobos (Alejandro Goic) y el “pastor” José Hernández (Marco Treviño). Y como si fuera poco, tienen innecesarias apariciones Mario Kreutzberger y Leonardo Farkas, interpretándose a sí mismos.

Lo rescatable son las narraciones paralelas. Por un lado, lo que ocurre con los mineros; y por otra, con sus familiares y el intento por rescatarlos. En este nivel, en todo caso, es donde se dan los mayores lugares comunes, como la interpretación completa de Gracias a la Vida y la lágrimas de Golborne.

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