martes, 16 de septiembre de 2014

“LAS NIÑAS QUISPE”

El paisaje configura inequívocamente a las personas y a su destino, sobre todo cuando el entorno esta formado por una naturaleza agreste y ausencia de otros seres humanos.

Esto es notorio en la cinta “Las Niñas Quispe” (2013) dirigida por el cineasta chileno Sebastián Sepúlveda, que está basada en un hecho real ocurrido en 1974 a las tres hermanas Quispe, pastoras de cabras y ovejas en la zona altoandina La Tola-El Patón en la región de Atacama, y que además es una adaptación libre de la obra de teatro “Las Brutas” del dramaturgo nacional Juan Radrigán.

Sepúlveda, de 42 años, había dirigido anteriormente un documental, “El Arenal” (2008); por lo cual sorprende su buen manejo en la ficción. Uno de sus aspectos, el desarrollo de los personajes, es uno de los puntos más altos del filme.

La hermana mayor, Justa (interpretada por la pastora Digna Quispe, sobrina de las originales hermanas Quispe)) es la más contenida, lo que calza con el hecho de que debe heredar este rol, luego de la muerte de María, la hermana que crió a las tres menores. Ella claramente no confía en nada, sólo en el ciclo natural de sacar a pastorear a sus animales y hacer leña y queso. Es conmovedor cuando relata cómo fue violada a los diecisiete años, para señalar a sus hermanas lo que es un hombre.

La del medio es Lucía (Catalina Saavedra), que le habla a las piedras que recolecta, que ordeña a las cabras y que tiene un tremendo temor de que los Carabineros vengan a matar a sus animales, porque lo ha ordenado el Gobierno. Luciana (Francisca Gavilán) es la menor y sufre la crisis del aislamiento y de no poder saber lo que es ser mujer.

Este lugar remoto donde se desarrolla la cinta, como referencia se nombra a la cercana mina Inca de Oro, con su luz transparente y silenciosa, con su soledad grave y majestuosa, está presente como una fuerza muy superior a las hermanas Quispe, a pesar de que ellas se entregan humildemente a través de ritos y gestos, que dan cuenta de su sometimiento.

El pausado ritmo de la cinta, con una fotografía basada en la luz natural y en los planos fijos y abiertos, que se va a los detalles cuando se trata de sus actividades domésticas en su ruca de piedra; dan cuenta magistralmente de esta relación trágica y predestinada entre estas mujeres y la naturaleza.

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