martes, 26 de agosto de 2014

“LUCY”

El director francés Luc Besson siempre ha sido acusado de efectista. Puede ser cierto, pero esto no es lo importante, ya que si los efectos-entendidos como la variedad de recursos que ofrece el lenguaje cinematográfico- se ponen al servicio de un objetivo y éste se logra, el efectismo se transforma en efectividad.

Y esto es lo que alcanza Besson en la mayoría de sus cintas y también en la última, “Lucy” (2014), que escribió y dirigió; dejando en claro, por otro lado, que este cineasta privilegia los recursos del montaje por sobre los planos largos y la cámara fija, como un modo de retratar la vida moderna, agitada y vertiginosa, con una mirada hacia afuera más que hacia la interioridad reflexiva del ser humano.

De sus quince largometrajes de ficción, los más conocidos son “Azul Profundo” (1988), “Nikita” (1991), “León” (1994), “El Quinto Elemento” (1997), “Juana de Arco” (1999), “Arthur y los Minimoys” (2006) y “Home” (2009), que demuestran un estilo definido y sus preocupaciones permanentes: el medio ambiente, la naturaleza, el futuro y la condición humana, que hacen que a sus 55 años Besson tenga un lugar ganado en la cinematografía mundial, con sus detractores y sus defensores.

En “Lucy”, con su particular estilo, instala un interesante tema de ciencia ficción: qué pasaría si el ser humano ocupara más del diez por ciento del cerebro que utiliza normalmente. Lucy (Scarlett Johansson) es un ser común y corriente que es utilizada a la fuerza como mula para distribuir droga desde Japón a Occidente. Esta droga, sumamente adictiva y que provoca el efecto antes citado le llega por accidente a su torrente sanguíneo, produciendo efectos increíbles que Besson recrea magistralmente con narraciones paralelas y con un ritmo vertiginoso, que le permite revisar la historia del conocimiento y señalar al Tiempo como el elemento identificador propio de la especie humana.

En esta aventura intelectual única contará con la ayuda del Profesor Norman (Morgan Freeman), el cual le recomendará antes de consumirse y evolucionar aceleradamente producto de la droga, traspasar todos sus conocimientos, como un modo de darle sentido a su sacrificio. Besson, en todo caso, no renuncia a una de sus mayores adicciones: la acción, la cual se reflejará en la obsesión del mafioso Jang (Min-Sik Choi) por recuperar su droga y eliminar a Lucy, la cual contará con el apoyo del Inspector Jefe de Paris, Pierre del Río (Amr Waked), en un duelo furioso y sin pausa.

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