martes, 29 de julio de 2014

“CASI UN GIGOLO”

Una de las características de las comedias de autor o de cine independiente es que buscan retratar a un grupo humano, en un territorio cultural y en un determinado corte temporal; logrando la sonrisa y la emoción de los espectadores por la consistencia de la visión más que por ciertos skteches, gags y situaciones más o menos graciosas o ridículas.

Esto es claro luego de ver “Casi un Gigoló” (2013), escrita y dirigida por el estadounidense John Turturro, ambientada en Brooklyn y que se podría definir además como una comedia amable, por tener una mirada poética y maravillada de la existencia de los personajes; o como un homenaje a los logros en este género del cineasta Woody Allen, que interpreta a Murray, uno de los protagonistas de la cinta, con su particular sentido del humor.

Turturro, de 57 años, había dirigido anteriormente cuatro largometrajes, desconocidos en Chile: “Mac” (1992), “Illuminata” (1998), “Romance y Cigarrillos” (2005) y “Passione” (2010), amén de su importante carrera como actor, sobre todo en cintas de Spike Lee y de los hermanos Coen.

Murray es un judío, dueño de una librería de ejemplares raros, que debe cerrar por falta de clientes. Su mejor amigo es un florista, Fioravante (John Turturro), al cual le propone transformarse en gigoló y él ser su proxeneta, lo cual ya de por sí es bastante singular, considerando el aspecto y la personalidad de ambos. Fioravante es silencioso y preocupado y Murray, coqueto, ocurrente y vive con una atractiva y dominante mujer de raza negra, Othella (Tonya Pinkins), y sus hijos.

La primera clienta de Fioravante será la doctora Parker (Sharon Stone), que descubrirá las potencialidades amatorias del nuevo gigoló, un romántico que se preocupa de regalar flores a sus circunstanciales amantes, cocinarles, bailar con ellas y decorar el ambiente con velas aromáticas, entregándoles lo que toda mujer espera: pasión y magia. Otra cliente especial será Selima (Sofía Vergara), ardiente como buena latina y que buscará al arquetipo de macho fuerte y simpático, que el gigoló no tendrá problemas en interpretar.

Pero la más singular de todas será Avigal (Vanessa Paradis), viuda con 6 hijos de un rabino y que nunca antes había sido tocada. Como reflejo de las contradicciones de la vida, Fioravante la libera, enamorándose de ella; pero Avigal finalmente valorará más el amor que siempre le ha tenido el policía de la comunidad judía, Dovi (Liev Schreiber), cerrándose un ciclo, quedando la nostalgia suspendida en el aire.

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