martes, 3 de junio de 2014

“AL FILO DEL MAÑANA”

Hace rato que una posible invasión alienígena se ha convertido en tema recurrente en la industria de Hollywood; por lo cual a esta altura cuesta encontrar cintas de esta naturaleza que posean cierta originalidad.

“Al Filo del Mañana” (2014) dirigida por el cineasta estadounidense Doug Liman, posee esa cuota de novedad, que la hace interesante; a pesar de ser mayormente una cinta de entretención, en la cual prima la acción por sobre la profundidad de personajes, diálogos y argumentos.

No de extrañar esto ya que Liman, con siete largometrajes en su carrera, ya se había destacado por películas que mezclan en dosis adecuadas la acción, cierto suspenso, un buen ritmo en el montaje y guiones con elementos originales; como “El Caso Bourne” (2002), “El Sr. y la Sra. Smith” (2005), “Jumper” (2008) y “Poder que Mata” (2010).

En “Al Filo del Mañana”, ya desatada una invasión extraterrestre a la Tierra, el mayor de prensa norteamericano Cage (Tom Cruise) es llamado a Londres a una reunión con el general Brigham (Brendan Gleeson), el cual lo requiere para promocionar y difundir en el frente la batalla que al otro día se realizará en Francia. Como el cobarde Cage se rehúsa será esposado y enviado como soldado raso a pelear.

Hasta ahí todo se ve bastante normal y previsible, pero resulta que Cage muere en batalla y vuelve a despertar o más exactamente a reiniciar su vida, lo que le ocurrirá cada vez que muera; tal cual le sucede a la soldado héroe Rita (Emily Blunt), lo que los transformará en partner en esta lucha por derrotar a los alienígenas, de los cuales tomaron este poder único en forma totalmente casual.

Llega un momento en que resulta cansador que la pareja de soldados viva nuevamente los mismos acontecimientos; pero la tensión se recupera en cada reinicio, ya que cada vez también llegan más lejos y esta repetición les permite ir perfeccionándose. A Cage como soldado y a Rita humanizarse y acercarse sentimentalmente a su compañero, a pesar de que nunca se dan un beso ni mucho menos, sino sólo el compromiso de cuidarse que existe en el viejo mito de los guerreros.

El clímax llega cuando ambos ya han perdido la facultad de volver a vivir y recordar; y sólo les queda la vida actual para derrotar al Omega, el cerebro del enemigo, que da las órdenes y el impulso vital a todo su ejército.

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