martes, 11 de marzo de 2014

“12 AÑOS DE ESCLAVITUD”

El cine de denuncia siempre ha sido una de las importantes vertientes del cine de autor y no es para nada un género fácil. Esto debido a que al estar las emociones a flor de piel, éstas se deben manejar con mucha sutileza y dosificación; de lo contrario se corre el riesgo de producir un dramón o una cinta que abuse de recursos facilistas y básicos.

“12 Años de Esclavitud” (2013), dirigida y producida por cineasta británico Steve McQueen, y basada en el libro homónimo y autobiográfico de Solomon Northup, logra superar la prueba con distinción, transformándose en una película difícil de olvidar. Sin lugar a dudar, “12 Años de Esclavitud” es un golpe al estómago del espectador sensible y conciente, pero un puñete bien dado, artero, inteligente e irrefutable.

McQueen, de 44 años, y que antes había dirigido dos largometrajes, “Hunger” (2008) y “Shame” (2011); logra transmitir la injusticia y el horror de la situación vivida por Northup (Chiwetel Ejiofor), un destacado violinista negro de música clásica, que gozaba de su libertad en Nueva York, en 1850; y que es secuestrado con engaño y vendido como esclavo, para ser llevado a realizar diversos trabajos forzosos y denigrantes en el Sur de Estados Unidos, período de su vida que dura doce años, hasta que logra probar con documentos que es un ciudadano libre y puede volver junto a su esposa y sus dos hijos, ya mayores.

La cinta tiene tres momentos diferentes. Un primer capítulo breve donde se muestra a Northup como un músico respetado, padre de familia, con una situación de plenitud. La segunda parte, y la más extensa, es el período de esclavitud forzada, donde debe enfocarse en sobrevivir, para lo cual debe aceptar todo tipo de agravios; primero por parte de su vendedor, Freeman (Paul Giamatti) y correr diversas suertes con sus amos Ford (Benedict Cumberbatch), más humano, y Edwin Epps (Michael Fassbender), psicótico, y con el cruento capataz Tibeats (Paul Dano), para finalmente conocer al constructor canadiense Bass (Brad Pitt), de ideas igualitarias, que lo ayudará a recobrar su libertad. En esta etapa compartirá suerte con personajes notables de su misma raza, como Eliza (Arepero Oduye) y sobre todo Patsie (Lupita Nyong’o), a quien deberá dejar sumida en la desesperación cuando recupera su libertad. Otros personajes que llaman la atención son las esposas Epps (Sarah Paulson) y Ford (Liza Bennett), que viven a su manera la relación con los esclavos y con sus maridos.

La tercera fase es el reencuentro con su familia, donde impacta la humildad y la vergüenza de Northup, que se traspasa con acierto al espectador.

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