martes, 3 de diciembre de 2013

“CARRIE”

Hay dos modos evidentes de asumir un remake de una película célebre y ya instalada en la historia del cine. El primero, intentar una nueva versión, con otro punto de vista, en que se note la mano del nuevo director; y una segunda en que el nuevo filme sea más bien un homenaje a la cinta original y una manera de actualizarla y ponerla nuevamente en el tapete.

Este remake de “Carrie” (2013), dirigida por la cineasta estadounidense Kimberly Peirce, parece inscribirse más en la segunda opción; ya que la verdad no ofrece muchos aportes en relación con la versión original de Brian de Palma, que éste dirigió en 1976, también basado en la novela de Stephen King; y que constituye todo un clásico del thriller psicológico.

Peirce, de 46 años, había dirigido anteriormente sólo dos largometrajes: “Los Niños no Lloran” (1999) y “Stop-Loss” (2008); por lo cual de buenas a primeras se veía difícil que lograra superar la sugestiva y perturbadora cinta de De Palma. Además que la original contó con un reparto de lujo: Sissy Spacek, Piper Laurie, Amy Irving, John Travolta y Nancy Allen, en los roles protagónicos.

En esta nueva versión, la adolescente reprimida y con poderes telequinéticos Carrie White es interpretada por Chloé Grace Moretz, la cual realmente no da el ancho para interpretar este complejo personaje. Por su parte, su madre, Margaret, fanática religiosa, culposa y represiva, es interpretada acertadamente por Julianne Moore, en uno de los puntos altos de este remake.

Y esto no es menor, ya que este personaje es fundamental para entender a Carrie y sus debilidades psicológicas; y también para acceder a las diversas lecturas de la cinta, que tienen que ver con el sentimiento de culpa y los pecados; y la asociación de los poderes mentales con el demonismo, producto de la ignorancia y el miedo.

Pero lamentablemente los demás personajes no están a la altura de los acontecimientos, salvo la profesora de Educación Física, Ms. Desjardin (Judy Green), que está a un nivel aceptable. La compañera perversa, Chris Hargensen (Portia Doubleday) y la compañera culposa, Sue Snell (Gabriella Wilde), que incluso le presta a su novio, Tommy Ross (Ansel Elgort), para que acompañe a Carrie a la fiesta de graduación, no dan cuenta acertadamente de las dos actitudes típicas de la sociedad, para enfrentar a las personas diferentes.

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