jueves, 1 de agosto de 2013

“WOLVERINE INMORTAL”

Dentro de esta moda de Hollywood de llevar al cine las historias de héroes de cómic y la decisión comercial de exprimir los personajes con varias secuelas, al menos ha asomado una tendencia positiva: contratar buenos directores, para que las cintas no sólo sean entretenidas, su objetivo básico, sino también que tengan un nivel técnico aceptable y una lógica interna en términos de guión y de desarrollo de los personajes.
Es el caso de “Wolverine Inmortal” (2013) dirigida por el cineasta estadounidense James Mangold, basada en el superhéroe mutante de la Generación X de la compañía de historietas Marvel.
Mangold, de 49 años, tiene una interesante filmografía con títulos como “Cop Land” (1997), “Inocencia Interrumpida” (1999), “Kate y Leopold” (2001), “Identidad” (2003), “En la Cuerda Floja” (2005), “3:10 a Yuma” (2007) y “Noche y Día” (2010); en las cuales combina acertadamente el drama y la comedia y demuestra un notable manejo de géneros como el western y el thriller.
En “Wolverine Inmortal” se nota su mano sobre todo en la construcción de los personajes, otorgándoles densidad y aproximándolos a paradigmas tradicionales que sustentan el concepto de héroe.
Wolverine o Logan (Hugh Jackman) se encuentra retirado en las montañas, culposo por la muerte de su esposa, igual que un oso grizzli. De pronto es ubicado por Yukio (Rila Fukuchima), proveniente de Tokyo, enviada por el millonario Yashida (Hal Yamanouchi), a quien Logan salvó en Nagasaki para la caída de la bomba atómica, ya que se está muriendo.
En Japón renacerá Wolverine, el cual deberá proteger a la nieta de Yashida, Mariko (Tao Okamoto), su heredera, de su ambicioso padre, Shingen (Hiroyuki Sanada) y de su prometido Noburo (Brian Tee), el ministro de Justicia; y de la mutante Víper (Svetlana Khodchenkova). Como cinta de acción japonesa que se respete un bando cuenta con el apoyo de la mafia japonesa, los Yakuza; y el otro con el respaldo de un grupo de ninjas.
Wolverine, como superhéroe de fiar, es valiente, aguerrido, amigo de sus amigos y de la justicia; y en esta cinta asumirá definitivamente que es un soldado, un “samurai sin maestro” que no podrá renunciar a su destino de luchar por la construcción de un mundo más justo, el sentido esencial de todos los héroes salidos del cómic que pretende resaltar los mejores valores de la condición humana.

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