miércoles, 17 de julio de 2013

“TITANES DEL PACIFICO”

Son tantas las cintas sobre el fin del mundo, la mayor parte por la invasión de extraterrestres, que parece válido hacer una variación y que se haga un homenaje a las antiguas películas japonesas sobre monstruos, los Kaijus; y los robot gigantescos que los combatían, los Mechas.

Eso es básicamente la película “Titanes del Pacífico” (2013), dirigida y escrita por el cineasta mexicano Guillermo del Toro, que no cuenta con ninguna estrella, pero que basa su fuerza en las grandes luchas de estos seres míticos y en los efectos especiales que suponen estos magnos enfrentamientos, en que ciudades completas son destruidas sin ningún problema.

Del Toro, de 48 años, se ha destacado por oscilar en su carrera entre cintas autorales y otras más de entretención, como “El Espinazo del Diablo (2001), “Blade 2” (2002), “Hellboy” (2004), “El Laberinto del Fauno” (2006) y “HellBoy 2” (2008). “Titanes del Pacífico” tiene una combinación de ambos elementos: la acción y los efectos especiales y un homenaje al género de las cintas de monstruos, específicamente las niponas.

En este caso, en un futuro cercano, los alienígenas no vienen del espacio exterior, sino del fondo del Océano Pacífico, donde se abre un portal interestelar que les permite acceder a la tierra. Estos extraterrestres envían a los Kaiju a destruir la el planeta, el cual ante tanto desastre decide construir robot gigantescos, accionados en su interior por dos pilotos, que conectan sus mentes y memorias a través de un puente neural, para tener mayor capacidad de movimiento y de respuesta.

El mariscal al mando del proyecto de defensa Jaeger, Stacker Pentecost (Idris Elba) dispone desesperadamente de los últimos androides, ya que la guerra se está perdiendo. Aquí toman protagonismo el ex piloto Raleigh Becket (Charlie Hunnam), que había perdido a su hermano; y la debutante Mako Mori (Rinko Kikuchi); con un par de científicos locos, los doctores Geiszler (Charlie Day) y Gottlieb (Burn Gorman), que hacen puente neural con los Kaiju para conocer sus debilidades. Otro personaje inolvidable es Hannibal Chau (Ron Perlman), jefe del mercado negro de venta de miembros de kaiju, al cual deben comprar un cerebro de una bestia.

La cinta entretiene y los efectos especiales están al servicio de la historia, la que implica cruentas luchas entre seres monumentales y un merecido homenaje a los filmes japoneses de monstruos.

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