martes, 26 de junio de 2012

“EL CUERVO”


Hay cintas cuyo valor radica en que intentan recrear la estética o aspectos de la vida de artistas de gran importancia; lo cual termina siendo un aporte a la difusión de la complejidad de existencias o de obras, que generalmente son simplificadas por los medios masivos y por los libros de enseñanza.

Es el caso de “El Cuervo” (2012), dirigida por el cineasta australiano James McTeigue; basada en el misterio, aún no aclarado, de la causa de muerte del escritor estadounidense Edgar Allan Poe (1809-1849), que en la película es interpretado por John Cusack.

Efectivamente Poe fue encontrado en las calles de Baltimore el 3 de octubre de 1849 en estado de delirio y falleció cuatro días después, por causas que se desconocen, ya que los informes médicos y el certificado de defunción desaparecieron. Se elucubra que puede haber sido de un infarto cardíaco, de cirrosis hepática o incluso un asesinato.

Esta última hipótesis es la que desarrolla McTeigue en su cinta, relatando los días previos y aprovechando de describir la fascinante personalidad de Poe, gran escritor de cuentos de terror, detectivescos y de ciencia ficción. Lo cierto es que Poe apareció con ropas que no eran suyas y nunca pudo aclarar por qué, sólo nombraba a un tal Reynolds, se piensa en alusión al personaje de su novela “Las Aventuras de Arthur Gordon Pym”.

McTeigue, de 44 años, había dirigido anteriormente “V de Vendetta” (2006) y “Ninja Asesino” (2009), y fue asistente de importantes directores como George Lucas y los hermanos Wachowski; por lo cual no extraña su oficio, en este caso puesto al servicio de recrear, al modo de un cuento detectivesco de Poe, el último episodio de vida del propio autor norteamericano.

En este caso, se enfrenta a un enfermizo admirador, Iván (Sam Hazeldore), que se esconde en el anonimato, y que comete una serie de asesinatos y por último secuestra a su novia, Emily (Alice Eve), para llamar su atención y la de la sociedad de la época, dejando pistas que recuerdan a las propias que Poe entrega a sus lectores, para que éstos intenten resolver los misterios de sus relatos, aunque en este caso la pretensión del filme va más allá: que el espectador sea testigo del misterio de la creación artística y de la propia muerte de Poe.

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