jueves, 3 de noviembre de 2011

“CONTAGIO”


Las epidemias, así como las guerras, tienen un rostro terrible que implica muerte y destrucción; pero también tienen una trastienda poco conocida que significa grandes negocios para los que aprovechan la oportunidad y producen y venden las vacunas y las armas, respectivamente.

“Contagio” (2011), con dirección y cámara del estadounidense Steven Soderbergh, muestra los dos rostros de una epidemia, causada por un nuevo virus, producto del cruce de la saliva de murciélago y cerdo, a través de un alimento común, la banana; cuyo origen es el Japón y que es traída a Estados Unidos por una ejecutiva de una empresa, Beth Emhoff (Gwyneth Paltrow).

La cinta muestra el rápido contagio de este fuerte, mortal y adaptable virus; del cual, en un principio, se desconoce remedio. Primero es su hijo, que fallece a las pocas horas al igual que la madre, ante la mirada atónita del padre, Mitch (Matt Damon), el cual es inmune a la enfermedad.

La investigación y acciones frente al mal, que rápidamente se extiende por todo el mundo, se concentran en los organismos oficiales, cuyas preocupaciones mezclan la medicina, el reconocimiento científico y el olfato de los laboratorios y agencias por la posibilidad de grandes negocios, tras el sufrimiento humano.

Soderbergh, de 48 años, director de importantes cintas como “Sexo, Mentiras y Video”, “Trafic”, “Erin Brockovich”, “Solaris”, “Che” y “Ocean’s Eleven”, entre otras; muestra notablemente, a través de narraciones paralelas, como un evento global como una epidemia, mueve diversos intereses y provoca distintos escenarios.

Por un lado los enfermos; por otro los médicos e investigadores; cuyo rol es la bisagra entre los afectados y los inescrupulosos emprendedores y aprovechadores, como el periodista de internet, Alan Krumwiede (Jude Law), que utiliza el miedo de la gente, para posicionarse y hacer uña pequeña fortuna.

El filme se centra en el accionar de los médicos Ellis Cheever (Laurence Fishburne), Leonora Orantes (Marion Cotillard), Erin Mears (Kate Winslet) e Ian Sussman (Elliot Gould), que se equilibran peligrosamente entre la preocupación social y humanitaria y la discriminación, el poder y el lucro, que rondan detrás de todas las desgracias.

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