Cuando se hace una cinta sobre un
personaje importante de la historia existe la peligrosa tentación de destacar
aquellos hitos que le dieron gloria y generalmente se dejan fuera aspectos que,
aunque no tan halagadores, iluminan de mejor modo la personalidad del
retratado.
“Mi nombre es John Lennon”
(2009), dirigida por la británica Sam Taylor-Wood, elude dicha tentación
inteligentemente, eligiendo la infancia y adolescencia de Lennon (1940-1980)
como coordenadas temporales de la cinta, período clave para la conformación del
carácter del músico.
Lennon (Aaron Johnson) aparece por primera vez en el filme
a los catorce años, viviendo con sus tíos Mimi (Kristin Scott Thomas) y George
(David Threlfall), a quienes se les da una gran importancia en la cinta. La
primera porque crió a John desde los cuatro años y su tío por su afectividad y
porque le regaló su primer instrumento: una armónica.
En este, su primer largometraje,
Taylor-Wood, que se había destacado como fotógrafa y videasta, opta por el tono
menor, tanto en la narración como en la construcción de los personajes, lo cual
resulta altamente efectivo, ya que el espectador es testigo del nacimiento de
un genio; pero viendo el desarrollo de un adolescente bastante común, cuyas diferencias
son producto de una combinación de hechos familiares y de una sensibilidad y
talento innatos.
La madre ausente, Julia
(Anne-Marie Duff), que aparece ya bastante iniciada la cinta, y el padre
inexistente; los traumáticos recuerdos de la infancia, que conocemos como flash
back; su rebeldía, su poco interés en el colegio y su ironía, características
que lo acompañarían hasta el último de sus días y que encontrarían en la música
un modo de expresión y una ruta hacia la libertad, que seguiría con su gran
amigo Pete Shotton (Josh Bolt), con quien formaría The Quarrymen a los quince
años, a los que se unirían luego Paul McCartney (Thomas Brodie-Sangster) y
George Harrison (Sam Bell).
En todo caso a su madre se le
reconoce su importancia en la formación musical de Lennon, ya que le enseñó a
tocar el banjo y le regaló su primera guitarra. El filme se cierra con la
primera gira de The Beatles a Hamburgo, en agosto de 1960, cuando Lennon se
despide de su adolescencia y sale al mundo, que lo recibirá con los brazos
abiertos.
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