martes, 5 de abril de 2011

“INFIERNO AL VOLANTE”

Definitivamente hay semanas en que no dan ganas de criticar o destacar algún estreno, porque éstos son altamente deficientes y no tienen la menor aspiración estética; sino solamente ser un ejercicio de filmación y edición de subproductos comerciales y de mera entretención. Esto ocurrió esta semana con los estrenos “”El Limpiapiscinas”, del director nacional José Luis Guridi (“Mitos y Leyendas”) y con “Infierno al Volante” (2011) del cineasta canadiense Patick Lussier. Nos abocaremos a esta última para no denostar más la producción chilena y porque en “Infierno al Volante” concurren varios elementos que podrían haber provocado un mejor resultado, pero que cuando se desvirtúan o simplemente no hay talento detrás, generan cintas verdaderamente desechables. De partida, Lussier, de 46 años, no es ningún novato. Aparte de estudiar cine en la universidad, tiene vasta experiencia como editor de películas del interesante realizador de cintas de terror, Wes Craven; efectuó este trabajo en las tres “Scream”, en “Un Vampiro Suelto en Brooklyn”, en “La Nueva Pesadilla de Wes Craven”, en “La Maldición” y en “Vuelo Nocturno”; por lo cual el oficio y la artesanía las maneja bien. Además, siguiendo los pasos de su maestro, antes de este filme, tenía una respetable producción de cintas de terror y había dirigido la trilogía “Drácula 2000” (2000), “Drácula 2: La Ascensión” (2003) y “Drácula 3: El Legado” (2005); y “La Profecía 3: El Ascenso” (2000), “Sonido Blanco 2: La Luz” (2007) y “My Bloody Valentine” (2009); que si bien ninguna de ellas se puede considerar una obra maestra, configuraban una marca de estilo, una consecuencia; por lo cual lo aconsejable era mantenerse en ese género. Lussier no lo hace; y en “Infierno al Volante”, dirige, escribe y edita una cinta que mezcla otros géneros, que la verdad no cuajan. Se presenta como una película del género fantástico, pero también tiene acción; y por momentos parece una parodia de ambos géneros, terminando en un pastiche que, la verdad, ni siquiera entretiene, a pesar de que saca algunas risas, por lo obvio y básico de algunas situaciones y salidas del guión. El argumento es realmente estrafalario y quizás lo mejor hubiera sido darle tratamiento de historieta, por lo maqueteado de los personajes. Milton (Nicolas Cage) es un peligroso delincuente, que escapa del infierno para redimirse. Tras de él saldrá El Contador (William Fichtner) para intentar llevarlo de vuelta; pero Milton está empeñado en impedir que el Culto que mató a su hija, que es dirigido por Jonah King (Billy Burke), realice un nuevo sacrificio, para lo cual contará con la ayuda de la sexy camarera Piper (Amber Heard). El otro ingrediente que llama la atención es la participación de Nicolas Cage en cintas tan mediocres como esta. Se hacen evidentes sus necesidades financieras, producto de sus publicitadas deudas, para justificar su actuación en reiteradas ocasiones en cintas de poca monta. Y en el caso de Lussier, será mejor que vuelva al género de terror, donde al menos marcaba una consecuencia digna de respeto, en la difícil industria de Hollywood.

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