martes, 21 de diciembre de 2010

“MI FAMILIA”

La vida familiar siempre ha sido un tema recurrente en el cine, lo que ha permitido registrar y verificar la evolución de esta institución social a lo largo del siglo pasado y comienzos de éste, en las distintas culturas del mundo.

Por supuesto que es mucho más interesante cuando esta recreación se produce con una visión personal y una mirada autobiográfica, como ocurre en “Mi Familia” (2010), dirigida y escrita por la cineasta estadounidense Lisa Cholodenko, que relata la historia de una familia bastante particular y moderna, formada por una pareja de lesbianas y sus dos hijos, producto de la inseminación artificial, con semen donado por un desconocido.

La pareja está conformada por la médico Nic (Annette Bening) y la paisajista Jules (Julian Moore), quienes viven en una armonía frágil, ya que la primera es sumamente dominante y la segunda no trabaja. La hija de Nic es Joni (Mia Wasikowska) y el hijo de Jules es Laser (Josh Hutcherson), ambos hermanos en plena adolescencia, por lo cual les asalta una obsesión: conocer a su padre biológico, al donante de semen, quien resulta ser Paul (Mark Ruffalo), dueño de un restorán de comida orgánica, proveniente de su propia parcela.

Este es el punto de quiebre en la cinta, cuando Paul entra no sólo en las vidas de Joni y Laser, sino también en las vidas de Nic y Jules, alterando el estado de las cosas, cuyo restablecimiento será el objetivo del último tercio del filme, con tantas dificultades que pondrán en peligro la estabilidad de esta atípica familia para la realidad chilena; pero que en Estados Unidos resulta totalmente factible.

Cholodenko, de 46 años, había dirigido anteriormente tres largometrajes, todos ellos desconocidos en Chile: “High Art” (1998), “Laurel Canyon” (2002) y “La Calle de las Tentaciones” (2004); pero a la vista de “Mi Familia” no cabe duda que es una de las nuevas directoras a tener en cuenta en el cine estadounidense.

En “Mi Familia” manifiesta varias marcas de estilo que ratifican este juicio: su capacidad de observación de la condición humana, que se concreta en personajes creíbles y complejos, a pesar de sus particularidades. Es fundamental la pasión con que estos personajes asumen sus decisiones y opciones; por lo cual no son discursivos, sino que están encarnados en acciones, que los hacen gozar y sufrir, tal cual ocurre en la vida cotidiana de cualquier familia.

A pesar de que en un principio cuesta acostumbrarse a esta singular familia, la naturalidad con que Cholodenko nos muestra la relación entre la pareja como la que sostienen con sus hijos y éstos con “sus madres”, que el espectador termina asumiendo que tiene los mismos problemas de cualquier otra familia.

Sin duda, la dirección de actores es otro factor fundamental en la credibilidad y espontaneidad de esta cinta que finalmente retrata los sentimientos humanos, que están detrás de cualquier grupo familiar, por muy poco ortodoxo que parezca.

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