viernes, 23 de octubre de 2009

“UP”

Cada nueva entrega animada de la exitosa alianza Disney-Pixar va complejizando las historias, los personajes y la técnica visual, de modo de garantizar su impacto no sólo en los más pequeños sino también en los adultos y así captar el interés de la familia en su globalidad.

“UP” (2009), dirigida por Pete Doctor y Bob Peterson, desarrolla una tremenda cantidad de temas y valores, que se encarnan en personajes humanos y animales; y quizás, por otro lado, este podría ser su única debilidad: llega un momento en que el espectador pide un descanso ante tantas situaciones y ante una trama que da respiro al espectador.

Todo comienza como una magnífica historia de amor entre el tímido niño Carl Fredricksen y la extrovertida y extravagante Ellie, ya que ambos admiran al explorador científico Charles Muntz y sueñan con viajar por el mundo como él, especialmente a una mágica tierra ubicada en Sudamérica.

En forma acelerada y resumida, el espectador asiste a la historia de Carl y Ellie, que se instalan en un pequeña casa de madera, en el centro de Nueva York, hasta el fallecimiento de Ellie, momento en que Carl se transforma en el custodio de su memoria y de sus sueños. La llegada de los grandes edificios en el entorno inmediato y el peligro de que lo internen, obligan a Carl a iniciar una aventura surrealista y mágica: con miles de globos con helio levanta su casa y viaja al sur con un polizonte, Russell, un parlanchín y solitario scout, que le recuerda su propia infancia.

En esta impresionante aventura se le sumarán una extraña ave, mezcla entre avestruz y guacamayo, llamada Kevin; y un perro querendón llamado Dug. El primero es el objetivo de Muntz, que en el intertanto se ha desquiciado y ha criado una manada de perros salvajes, a los cuales hace hablar con un mecanismo electrónico.

Como se puede ver, en la historia se mezclan valores urbanos y de la naturaleza, de amor y de libertad; con mitos que se caen y otros que crecen con el correr de la cinta.

Técnicamente, “UP” tiene una dibujo digital de primera calidad e incorporar definitivamente el lenguaje cinematográfico en los movimientos de cámara, en los diversos planos y técnicas de montaje, que dan cuenta de la seriedad con que Disney-Pixar se han tomado esta aventura de mantener vivos los valores de la animación de los pioneros y de avanzar en los nuevos caminos que abre el nuevo milenio.


Alvaro Inostroza Bidart

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