viernes, 23 de octubre de 2009

“DISTRITO 9”

El género de la ciencia ficción ha dado grandes cintas en la historia del cine, principalmente porque la fantasía del futuro de la humanidad o de otras habitantes del universo, ha permitido, en algunos casos, construir un espejo que ha reflejado lo peor y lo mejor de nuestras propias características como especie.

Este principio, que está detrás de inolvidables filmes como “Blade Runner” de Ridley Scott, “2001, Odisea del Espacio” de Stanley Kubrick o “Brazil” de Terry Gilliam, también está presente en la sorprendente película “Distrito 9”, que fue dirigida y escrita por el cineasta sudafricano Neill Blomkamp; y producida por Peter Jackson, director de “El Señor de los Anillos”.

Blomkamp, de 30 años, dirige con éste su primer largometraje y no podía empezar de mejor manera su trayectoria, después de estudiar cine en Canadá y especializarse en animación y efectos visuales, técnicas que utilizará con acierto en “Distrito 9”, pero al servicio del contenido: una fuerte llamada de atención a los vicios de la modernidad, aunque con un signo de esperanza, encarnado en el personaje de Wikus van de Merwe (Sharito Copley), funcionario de la Oficina de Asuntos Alienígenas de Sudáfrica, y a quien asigna su jefe y suegro para erradicar a los extraterrestres del Distrito 9.

Esta zona, ubicada en la capital Johannesburgo, reúne a más de un millón de alienígenas, llamados despectivamente “langostinos” por su forma física, varados allí hace años; y sobre la cual se encuentra una gigantesca nave extraña, que nadie sabe cómo hacer volar para que los alien vuelvan a su planeta. Lo curioso es que este verdadero ghetto reúne todas las características de otros ghettos que han existido en el pasado y en el presente, como aquellos de judíos, negros, chinos, polacos, latinos, etc.

Sus habitantes están mal alimentados y esto provoca violencia, descontento, mercado negro y tráfico de armas y comida, la cual buscan en basureros y a cualquier precio; a pesar de que no todos los extraterrestres son iguales y que hay un líder entre ellos que lleva veinte años trabajando para reunir la energía –identificada en un poderoso fluido negro- para hacer funcionar la nave madre, que le permita liberar a su pueblo de la dominación humana.

La cinta está construida como un gran reportaje, realizado a posteriori de los hechos que se relatan, en que se entrevistan a testigos de los hechos, los padres y compañeros de Wikus; y a una socióloga, un periodista, un ingeniero y médicos, que enriquecen la historia en que es protagonista Wikus, pero también el líder de los alienígenas y su pequeño hijo, entre los cuales se produce una historia de amistad, lealtad y finalmente de fusión de destinos, tanto literal como metafórica, ya que deberán soportar las mismas persecuciones y vejámenes.

De gran fuerza visual y dramática, “Distrito 9”, llama la atención por su originalidad y cu capacidad simbólica, la notable construcción de la historia y los personajes; y no sólo los nombrados, sino también el inescrupuloso suegro, el jefe de la banda de nigerianos mafiosos y la mujer de Wikus, que encarna la ilusión de éste, en un final abierto que permite pensar en una secuela, en este caso totalmente justificada.


Alvaro Inostroza Bidart

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