Por estos días, en que se cumplen 36 años del Golpe Militar, resulta el cine un acto de la memoria, con el estreno del largometraje “Dawson, Isla 10” (2009), inspirado en las memorias que escribió el actual ministro de Obras Públicas, Sergio Bitar, en la época en que estuvo detenido, como preso político, en dicho territorio insular, ubicado en el Estrecho de Magallanes, a cien kilómetros de Punta Arenas.
La cinta, dirigida y escrita por el cineasta chileno Miguel Littin, logra impactar y emocionar al espectador, porque mantiene un registro documental, carente de todo tipo de ideologismos o melodrama, concentrándose en el drama humano de los prisioneros del campo de concentración que se instaló en Isla Dawson, después del 11 de septiembre de 1973, y en su relación con sus carceleros, miembros de la Armada y del Ejército.
A ese lugar fueron trasladados los ministros del Presidente Salvador Allende, como el propio Bitar, los hermanos José y Jaime Tohá, Clodomiro Almeyda, Fernando Flores, Edgardo Enríquez, y otros personeros de su gobierno como Osvaldo Puccio padre e hijo, Anselmo Sule, el arquitecto Miguel Launer, Sergio Vuskovic y el poeta puntarenense Aristóteles España, conocido como Tote, que tenía en esa época 17 años y protagoniza uno de los misterios de la cinta; y que en la actualidad vive en Valparaíso.
Los momentos más discutibles de la cinta son aquellos en que Littin se aleja de la fuente que es el libro de Bitar e incluye escenas reales y recreadas del ataque aéreo a La Moneda y de la muerte de Allende, dando a entender que éste habría sido asesinado, que no es versión oficial histórica. Más allá de esto, estas imágenes, por válidas que sean, rompen el relato de la vida en Dawson e imprimen un tono discursivo a una narración tremendamente humana y estremecedora.
Pero la verdad es que esta disyuntiva ha estado presente siempre en la filmografía de Littin. Con un comienzo notable, “El Chacal de Nahueltoro” (1969), historia realista, alejada de cualquier proselitismo; este director, de 67 años, ha oscilado entre la retórica y la continencia visual, con cintas como “La Tierra Prometida” (1971), “Actas de Marusia” (1976), “La Viuda de Montiel” (1979), “El Recurso del Método” (1978), “Alsino y el Cóndor” (1982), “Acta General de Chile” (1986), “Sandino” (1990), “Los Náufragos” (1994), “Tierra del Fuego” (2000) y “La Ultima Luna” (2005).
En “Dawson, Isla 10” el balance es positivo, ya que en líneas generales Littin opta por el respeto a la adaptación del libro testimonial de Bitar, lo que le da mayor fuerza a sus imágenes y al relato cinematográfico, ambientado en las frías tierras del extremo austral, con sus paisajes que hacen más descarnado el drama de los prisioneros, varios de ellos enfermos y de avanzada edad.
La incorporación del actor Benjamín Vicuña como Bitar tiene aspectos contradictorios. Por un lado, logra no caer en la sobreactuación de otras cintas; pero no es del todo creíble su condición de prisionero, ya que aparece siempre peinado e impecable, lo cual da como resultado que se destaca más como figura que como intérprete del narrador de los hechos.
Alvaro Inostroza Bidart
Crítico de Cine
Diario La Estrella de Valparaíso
viernes, 23 de octubre de 2009
“DAWSON, ISLA 10”
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