miércoles, 9 de abril de 2008

“UN GOLPE DE SUERTE”



Las comedias de humor negro son un subgénero difícil porque en ellas se hace patente muy claramente la calidad del guión, en sus aspectos argumentales y de personajes; y cómo se resuelve visualmente, tanto la puesta en escena como el montaje de los planos y secuencias del filme.

Esto porque el tema no es lo más importante en la cinta, sino su lógica interna, amparada en el absurdo de situaciones límites y exageradas; y cómo, de acuerdo a estos contenidos, se establece la forma más apropiada para filmar y editar esta historia, cuya efectividad reside en hacernos reír de buena gana, aunque en realidad nos estemos riendo de la especie humana completa y de nosotros mismos.

Este planteamiento queda más que refrendado por la película “Un Golpe de Suerte” (2005), dirigida por el británico Mark Mylod, en lo que es su segundo largometraje. Anteriormente había dirigido la primera cinta del polémico personaje ficticio de Kazajistán, Borat (Sacha Baron Cohen), en su primera aventura, en Gran Bretaña, “Ali G Anda Suelto” (2002); además de diversas series de televisión para la BBC y HBO, como Entourage y Cold Feet.

La historia, descabellada y enredosa, se presta a la perfección para el humor negro: Paul Barnell (Robin Williams), dueño de una agencia de viajes que está a punto de quebrar, en un pueblo permanentemente cubierto de nieve (el título original en inglés es “El Gran Blanco”), descubre en el contenedor de basura, fuera de su oficina, un cadáver desconocido, que había sido colocado allí por un par de matones ineptos y excéntricos, Gary (Tim Blake Nelson) y Jimbo (W. Earl Brown).

A Paul se le ocurre hacer pasar al muerto por su hermano desaparecido, Raymond (Woody Harrelson) y de este modo cobrar el seguro que habían tomado para los dos. El problema es que uno de los empleados de la aseguradora, Ted (Giovanni Ribisi), duda de Paul y sus intenciones, produciéndose una investigación espectacular, que sin duda es de los momentos más logrados del filme, tanto por la férrea defensa de Paul como por las arremetidas cada vez más desesperadas e infructuosas de Ted, por probar su punto de vista, que nadie ni nada respalda; salvo su novia, Tiffany (Alison Lohman), una supuesta psíquica que atiende por teléfono a sus clientes.

Para hacer la situación más risible, los matones vuelven a recuperar el cadáver. Al no encontrarlo sospechan de Paul y secuestran a su mujer, Margaret (Holly Hunter), quien tiene una enfermedad degenerativa que la hace hablar sin parar cuando se ponen nerviosa, hasta que les devuelva el cuerpo, el que yace enterrado en el cementerio hace días.

Aunque parezca imposible, el filme aún logra mayores niveles de paroxismo con la aparición del hermano de Paul, supuestamente muerto, Raymond (Woody Harrelson), un delincuente, simple y violento; que por su impulsividad lleva la historia a su desenlace, que tiene que ver con el Juego de la Verdad que propone hace rato Tiffany y con la antinomia entre la nieve que los envuelve y el sol de Hawai, que promociona Paul en su agencia de viajes.


Alvaro Inostroza Bidart

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