domingo, 30 de marzo de 2008

“GANGSTER AMERICANO”



Estados Unidos, qué duda cabe, es un país de oportunidades; pero para todo tipo de emprendedores, no únicamente los honestos, sino también aquellos que viven al amparo sólo de la ley del más fuerte y que aprovechan las debilidades de otros, para construir un imperio, que durará más o menos en la medida que se comprenda bien como funcionan las estructuras de poder y sus normas internas, cuyo respeto permite a los jefes mantener el statu quo del sistema económico, político y social.

Frank Lucas (Denzel Washington), el protagonista de “Gangster Americano” (2007), es un mafioso que existió efectivamente en la década del ’70 y que vivió un corto e intenso período de gloria, por su inteligencia y creatividad en el tráfico y venta de heroína, características que lo llevaron, luego de hacerse el criminal más poderoso y millonario de Nueva York, a una sonada detención, producto también de la honestidad y sagacidad del jefe de Narcóticos de la Policía de New Jersey, el detective Richie Roberts (Russell Crowe).

A través de ambos, el inglés Ridley Scott, director y productor de la cinta, basada en un artículo periodístico de Mark Jacobson; muestra esta dualidad valórica que permite una sociedad abierta como Estados Unidos; en la cual, si no se cuenta con la voluntad y la entrega de algunos individuos, la corrupción y el dinero domina cada uno de los niveles de su estructura social.

Con gran manejo del montaje y con gran despliegue visual y sonoro, Scott nos muestra la historia de Lucas, desde que era el chofer y esbirro de un capo de Harlem, Bumpy Johnson (Clarence Williams III), que le inculcó un código de lealtad y de respeto a la familia, que lo llevó, en su momento de éxito, a traerse consigo a su madre, hermanos, primos y sobrinos, para armar su negocio sobre ellos, en un modelo muy de mafia italiana.

Scott, de 70 años, ha construido una sólida cinematografía que, más allá de algunos ripios, le ha permitido inscribir algunas cintas en la historia reciente del cine norteamericano; como “Los Duelistas” (1977), “Alien, el Octavo Pasajero” (1979), “Blade Runner” (1982), “Lluvia Negra” (1989), “Thelma y Louise” (1991), “Gladiador” (2000), “Hannibal” (2001), “La Caída del Halcón Negro” (2001) y “Gangster Americano” no se queda atrás, con un sólido guión, excelentes actuaciones y un ritmo que no afloja, y que retrata bien el vértigo de construir en meses una fortuna impresionante y formar parte de una red de poder, que a cualquiera hace sentirse un semidiós, de lo cual no escapa el protagonista.

Como telón de fondo a la historia de Lucas, el cual sabe aprovechar para sus intereses, Estados Unidos está viviendo la guerra de Vietnam; lo que deja al descubierto otras lacras: el alto consumo de drogas por parte de los soldados, debilitados moralmente por el conflicto; las grandes utilidades de los traficantes y la influencia del dinero, que es capaz de permear al propio Ejército, dejando claro que las circunstancias históricas pueden cambiar, pero que el delito sigue dominando subterráneamente a una escéptica sociedad moderna, que sólo tiene esperanza en lo que puede hacer el individuo.

Alvaro Inostroza Bidart

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