domingo, 16 de diciembre de 2007

“INFAME”





La vida y la obra del genial escritor estadounidense Truman Capote, especialmente el período relacionado con la escritura de su novela “A Sangre Fría”, han sido tema frecuente para el cine; y la verdad es que se puede concluir que nunca se agota; ya que el tópico de fondo, la relación entre la ética y la estética es un debate eterno; y la nueva relación que Capote estableció entre objetividad y subjetividad son la base tanto de la nueva forma de hacer novela de no ficción como del periodismo de investigación.

Estas disquisiciones también se pueden aplicar al propio cine con intenciones documentales, como es la propia película “Infame” (2006), que narra todo el período de siete años (1959-1966), desde que Capote (Toby Jones) ve la información en un periódico sobre el cruento asesinato de la familia Clutter, en Holcomb, Kansas; hasta cuando aparece publicada su novela, luego del ahorcamiento de los culpables, Dick Hickock (Lee Pace) y Perry Smith (Daniel Criag).

Estos son los hechos objetivos; pero el director y guionista Douglas McGrath, expresa su subjetividad en las decisiones que marcan el énfasis y el desarrollo de la cinta; por lo tanto la imagen que los espectadores se harán tanto de Capote y sus amigos como de los asesinos; y de las motivaciones de todos ellos, especialmente lo que impulsa al creador y la existencia de límites en su búsqueda, para lograr una obra de arte magnífica y que sea un legado para el futuro.

En principio resulta molesto el exacerbado énfasis que muestra el filme en la homosexualidad de Capote, hecho irrelevante si el foco se coloca en su obra literaria, reconocidamente de gran nivel, por su capacidad de observación y puesta en relieve del alma humana. A lo largo de la cinta este aspecto se va haciendo cada vez menos notorio, tanto por la atractiva personalidad de Capote como por la gran actuación de Jones.

También se resalta la relación que Capote tenía con sus amigas de alta sociedad, como Babe Paley (Sigourney Weaver), Slim Keith (Hope Davis), Marella Agnelli (Isabella Rossellini) y Diana Vreeland (Julia Stevenson), aunque la verdad es que al final queda la sensación de una real amistad y de que eran sus primeras lectoras, para determinar la efectividad de sus párrafos y diálogos, recogidos de la realidad con su memoria asombrosa.

Para enfatizar su lealtad con los amigos, el director se da tiempo para mostrar al espectador su relación con la escritora Nelle Harper Lee (Sandra Bullock), que lo acompañó en su primera y larga estadía en Holcomb; con el editor Bennet Cerf (Peter Bogdanovich), que lo acompañó a la ejecución de Hickock y Perry; con su pareja de años, el escritor Jack Dunphy (John Benjamín); e incluso con el comisario de Holcomb, Alvin Dewey (Jeff Daniels), a quien le costó mucho agradar, sólo por su apariencia.

La mayor expresión de la opción de la cinta está en el tratamiento de la relación de Capote con Smith, insinuando incluso un atisbo de atracción sentimental entre ellos, hipótesis que nunca ha sido probada, pero que se plantea como negación a la supuesta manipulación del escritor con el reo. Esta mirada se contrasta con las opiniones que van dando los conocidos de Capote sobre su vida, en un supuesto set de televisión, tipo programa de Larry King, que intenta nuevamente poner la nota documental, en una dicotomía que esta cinta no pretende ni puede agotar y que el propio Capote puso en el tapete.


Alvaro Inostroza Bidart

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