domingo, 16 de diciembre de 2007

“PORQUE YO LO DIGO”





La comedia romántica no es un género fácil; porque la comedia como tal no puede ser sólo entretención, sino que también debe tener la densidad y complejidad de la vida cotidiana, la materia prima de este género; que siempre ha estado a la sombra del drama y la tragedia; pero que puede tener su propia dignidad y valor, como lo han probado los cines italiano y francés.

Tal vez el error es intentar que la comedia tenga además un apellido, en este caso romántica, ya que se enfatiza sólo un aspecto de los personajes; dejando de lado sus motivaciones existenciales y de otro tipo, que no sean esta obsesión de tener pareja y de organizar el día en torno a las actividades sentimentales, que por lo demás siempre están insertas en un espectro mucho mayor de intereses y fuerzas.

Es lo que ocurre con “Porque Yo lo Digo” (2007), del director estadounidense Michael Lehmann; que relata la obsesión de una madre, Daphne Wilder (Diane Keaton) por casar bien a sus tres hijas: Maggie (Lauren Graham), psicóloga; Mae (Piper Perabo) y Milly (Mandy Moore), banquetera. Con las dos primeras está tranquila con sus elecciones, pero la tercera y menor le da tremendos dolores de cabeza, porque ésta es independiente y no acepta las interferencias de su madre dominante.

Es tal la desesperación de Daphne ante los desengaños de su hija, que organiza un concurso de postulantes, a través de internet. Directamente por esta vía aparece Jason (Tom Everett Scout), de familia conservadora y que cubre todas las expectativas de la madre; e indirectamente, Johnny (Gabriel Macht), músico y padre soltero del pequeño y simpático Lionel (Ty Pantz) , que es resistido por Daphne, a pesar de su persistencia y de que su padre viudo, Joe (Stephen Collins), le remece las hormonas apenas lo conoce.

Mirado así el argumento de la cinta, parece más bien una comedia de enredos, pero ni siquiera esto lo logra a plenitud, en gran medida por las debilidades del guión y porque la actuación protagónica de Diane Keaton, es exagerada e inconsistente, consiguiendo que su personaje sea poco creíble, así como la forma en que se resuelven las cosas, de modo demasiado predecible.



Esto se explica por la experiencia de Lehmann en estas lides. De 50 años, y con estudios de cine en la Universidad de California y Filosofía en la Universidad de Tubingen, Alemania; ha dirigiudo anteriormente “Escuela de Jóvenes Asesinos” (1989) con Winona Ryder; “El Gran Halcón” (1991) con Bruce Willis; “Cabezas Huecas” (1994) con Brendan Fraser, Steve Buscemi y Adam Sandler; “La Verdad sobre Perros y Gatos” (1996) con Uma Thurman; “Mi Gigante” (1998) con Billy Cristal y “40 Días y 40 Noches” (2002) con Josh Hartnett, comedias que se alimentan de un humor fácil y de la acción disparatada, sustento insuficiente para construir una comedia en la que convivan la cotidianeidad y lo extraordinario, la belleza de los detalles y la desesperanza del sin sentido que, a veces, parece tener la vida.


Alvaro Inostroza Bidart

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