martes, 24 de julio de 2007

“OLD BOY”


El cine coreano, cada vez más, se hace conocido, con sus mayores expositores, en nuestro país. El año pasado fue Kim Ki-duk, a través de “Primavera, Verano, Otoño, Invierno...y Primavera”, uno de los mejores estrenos del 2005; y este año le tocó el turno a Park Chan-wook con “Old Boy” (2003), que dirigió y co-escribió y que sin duda se convertirá en uno de los mejores estrenos del 2006, lo que demuestra la vitalidad de la cinematografía de ese país oriental.

Chan-wook tiene 42 años y su otros filmes son “Simpan” (1999), “Area de Seguridad” (2000), “El Señor Venganza” (2002), primera parte de una trilogía sobre la venganza, cuyo segunda entrega es “Old Boy” y la tercera es “Lady Venganza” (2005), que ya fue estrenada en Europa.

“Old Boy” está ambientada en 1998 y relata las desventuras de Oh Dae-su (un notable Choi Min-sik), un tipo absolutamente normal, casado con una hija, que es rescatado por un amigo de la comisaría, después de una noche de juerga; y que repentinamente es secuestrado y aparece encarcelado en una extraña habitación con , baño y con una ventana que tiene pintado un paisaje, como se puede ver una extraña prisión, señal que marcará la particular prisión que sufrirá Oh Dae-su durante quince años, sin motivo aparente.

Esta esquizofrenia aumenta cuando ve en un noticiero el asesinato de su esposa, del cual aparece como el principal sospechoso; lo que comienza a alimentar su sed de venganza. Llama la atención cómo la televisión se transforma no sólo en su herramienta de aprendizaje, sino también de contacto con la realidad y de canalización de su afectividad y de sus instintos. Por otro lado, en una directa alusión al oficio del artista, Oh Dae-su comienza a escribir largos cuadernos sobre su existencia y sus meditaciones, como una manera de enfrentar y transfigurar el dolor.

De hecho, comienza a emitir una serie de frases notables, que son retrato fiel de su estado de ánimo y de su cambiante intensa visión de la vida. La primera la pronuncia después de comenzar a repasar los nombres de todos aquellos a los cuales cree haber hecho daño y justifica el acto de la escritura como una catarsis: “he hecho daño a muchas personas. Seguro que el hombre que ha matado a mi mujer y me tiene aquí es una de ellas”.
La preparación para la venganza también es fundamental; tanto física como psicológica, como en el Conde de Montecristo; y el encierro le otorgará una fortaleza fundamental una vez que sea liberado, con un celular y con un maletín con dinero, en lo que claramente es una conspiración, urdida con maestría inigualable, ya que la obsesión cambia de giro y el protagonista quiere saber principalmente por qué lo encarcelaron, en un viaje que lo llevará de vuelta a su juventud, con un estilo cinematográfico impecable, tanto en lo narrativo, en el trabajo de cámara y en el montaje de las acertadas imágenes como en las efectivas actuaciones.

Así como la venganza es fundamental también lo es la violencia; pero ésta no es sólo física, como prima en los anteriores filmes de Park Chan-wook, sino también la violencia psíquica, que en “Old Boy” alcanza ribetes inolvidables y magistralmente logrados, como el protagonista se come un calamar vivo, ante los ojos atónitos de Mido (Gang Hye-jung), la joven maestra de cocina, de la cual se enamoró viéndola en una programa televisivo de cocina, durante su reclusión. A esta altura, Oh Dae-su lanza otra de sus frases magistrales: “Cuando río, todo el mundo ríe; cuando lloro, lloro solo”. Las escenas de violencia física no lo hacen peor y simplemente hay algunas de una fuerza visual difícil de obviar, como la tortura dental que somete a su antiguo carcelero; y la pelea que lo enfrenta con un puñado de rufianes, en un travelling lateral notable.

Cuando ya Oh Dae-su se ha sumergido definitivamente en este remolino, entre expresionista y pop, en que se equilibran vertiginosamente la redención y la destrucción, expele su frase más definitiva y clarificadora: “un grano de arena y una roca, ambas se hunde de igual manera en el agua”, como síntesis vital de esta cinta que en forma justificada ganó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes, los Premios a la Mejor Película y de la Crítica en el Festival de Sitges; y los Premios a la Mejor Película y de la Crítica en el Festival de Cataluña.


Alvaro Inostroza Bidart

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