lunes, 25 de junio de 2007

“ESCANDALO”



Hay cintas que han quedado en la memoria no tanto por su arquitectura visual, sino por el duelo actoral que se produce en pantalla entre los protagonistas del filme; que si bien no se apoya en lo esencial del lenguaje cinematográfico, que es la imagen y su tratamiento, nos recuerda que el cine tiene un elemento teatral anterior y fundamental en la puesta en escena que implica la etapa de la filmación de la película, proceso clave en la concreción del guión y en la etapa siguiente y final que es el montaje.

Hay dos casos paradigmáticos en la historia del cine. Uno es la cinta “Juego Mortal” (1972) que dirigió el cineasta estadounidense Joseph Mankiewicz, con las notables actuaciones de Laurence Olivier y Michael caine; y el otro es “El Vestidor” (1983), dirigida por el inglés Peter Yates, con las lucidas interpretaciones de Albert Finney y Tom Courtenay. En ambos casos, claramente, el tema de las cintas es precisamente el propio mundo del teatro y la actuación, con sus secretos, sus guiños, sus exigencias y su maravilla.

Como consecuencia de esta situación, asumida inteligentemente por los propios directores, uno de los aspectos más interesentes y evocadores, luego de presenciar la cinta, será, dentro de un nivel superior, determinar cuál de los actores superó al otro o literalmente “se robó la película”, pero no sólo por la pirotecnia gestual de su performance, sino por haber logrado darle insospechados ribetes a su personaje y por haber logrado encarnar de mejor manera el conflicto que subyace tras la historia, elección que en ambos casos anteriores es muy difícil de decidir.

Este esquema se repite en “Escándalo” (2006) del director inglés Richard Eyre con dos variantes: el duelo actoral se produce entre dos mujeres, la actriz australiana Cate Blanchett y la actriz inglesa Judi Dench; y el tema de la cinta no es el teatro, sino las apariencias y los verdaderos deseos y motivaciones de dos profesoras de secundaria en Inglaterra. Esta última situación complejiza la cinta; pero a nuestro parecer en forma innecesaria, ya que a la larga lo que quedará en la memoria del espectador de este filme, más que la anécdota, serán las impecables actuaciones de las protagonistas; por lo tanto, con este esquema, quizás hubiera sido más apropiado y consecuente una temática más asociada al mundo del teatro y la actuación, aunque no se puede negar que en la cinta existe un juego de realidades paralelas.

Más aún considerando que Eyre, de 64 años, antes que nada es director de teatro, faceta en la que ha ganado importantes premios, por trabajos específicos y dirigiendo el Royal National Theatre de Gran Bretaña; y dirigiendo para televisión, entre 1960 y el 2000, diversas obras de autores contemporáneos y de otros ya clásicos como William Shakespeare, Tennesse Williams, Samuel Beckett y Antón Chéjov. Eso no le ha impedido desarrollar una interesante trayectoria como director de cine, siempre con excelentes actores, que comenzó en 1983 con el largometraje “Conexiones Perdidas” con Stephen Rea y que continuó con “El Almuerzo del Labrador” (1983) con Jonathan Pryce; “La Casa de la Risa” (1984) con Ian Holm; “Iris” (2001) con Judi Dench, sobre la vida de la escritora Iris Murdoch; y “La Belleza del Escenario” (2004) con Claire Daines.

En “Escándalo” se produce un juego de atracción y rechazo en la relación de amistad entre la profesora mayor y lesbiana Bárbara (Judi Dench) y la joven maestra debutante Sheba (Cate Blanchett), que atraviesa una crisis matrimonial no asumida con su esposo Richard (Bill Nighy), bastante mayor que ella, agravada porque se ha dedicado solamente a sus dos hijos, especialmente al que padece síndrome de Down, lo que la hace caer en la tentación de los galanteos del joven alumno quinceañero Steven Connolly (Andrew Simpson), exponiéndose a un escándalo criminal, social y familiar y al chantaje de su admiradora, la inolvidable Bárbara, en un duelo actoral que sin duda quedará en la historia del cine y que, a nuestro entender, ganó sólo por cabeza la magnífica Judi Dench.

Alvaro Inostroza Bidart

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