martes, 1 de abril de 2025

“ZONA DE INTERES”

El contraste y la sugerencia son herramientas sutiles en el lenguaje cinematográfico, pero de gran impacto en el espectador sensible; y mucho más efectivas al momento de intentar transmitir la irracionalidad y el absurdo de las brutales acciones que se producen generalmente durante las guerras. Esto queda de manifiesto luego de ver “Zona de Interés” (2023), cinta dirigida y escrita por el cineasta británico Jonathan Glazer; y que narra la vida del teniente coronel alemán Rudolf Höss, comandante del campo de concentración de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial y responsable de la muerte aproximada de dos millones y medio de judíos polacos y húngaros principalmente. Glazer, de 60 años, dirigió anteriormente tres largometrajes: “Bestia Sexy” (2000), “Reencarnación” (2004) y “Bajo la Piel” (2013); de buena crítica, pero no de mucha difusión; lo que de seguro cambiará, dado el alto impacto que ha tenido su última película, que obtuvo el gran premio en el Festival de Cannes y dos Óscar: mejor Película Extranjera y Mejor Sonido. Höss (Christian Friedel) demuestra una frialdad impresionante al desarrollar técnicas y avances en el exterminio de prisioneros judíos, incluso tomando iniciativas propias para lograr lo que se llamó la “solución final”, ordenada por el jefe de la Gestapo, Heinrich Himmler, su superior directo. En contraste con esta dureza, Höss, al lado del muro del campo tiene su residencia familiar, donde vive con su esposa, Hedwig (Sandra Hüller) y sus cinco hijos, como si nada pasara a unos pocos metros. No sólo eso, tienen un jardín bellamente cuidado por prisioneros, árboles frutales, establos con finos caballos y una gran cantidad de servidumbre, que les servían abundante comida, con habituales visitas sociales, entre ellas su sorprendida suegra, Linna (Imogen Kogge). El sonido es uno de los puntos altos del filme. Con toda naturalidad, entran en off, ruidos de fusilamientos y gritos de adultos, mujeres y niños, proveniente del recinto contiguo; sin que afecte la vida familiar de los Höss; logrando un efecto de horror mucho más fuerte en el espectador. Mientras tanto, al fondo, se ven las chimeneas, emanando el humo por las cámaras de gases, donde morían miles de judíos diariamente.

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